El sur de Texas se preparaba el domingo para sufrir inundaciones, al día siguiente de que el huracán Hanna tocara tierra, castigando la costa del Golfo de México con lluvias y marejadas ciclónicas, en una zona del país que trataba de lidiar con un auge de contagios del nuevo coronavirus.
El primer huracán de la temporada de ciclones del Atlántico tocó tierra dos veces como tormenta de categoría 1, en un espacio de poco más de una hora el sábado por la tarde. Primero tocó tierra en torno a las 17:00 unos 24 kilómetros (15 millas) al norte de Port Mansfield, que está unos 209 kilómetros (130 millas) al sur de Corpus Christi. Volvió a tocar tierra cerca en el condado de Kenedy.
La tormenta llegó con vientos máximos sostenidos de 145 kilómetros (90 millas) por hora. Para el sábado por la noche se habían debilitado a 120 kilómetros (75 millas) por hora.
Muchas zonas de Texas, incluidas algunas cercanas al área de entrada de Hanna, sufrieron un aumento de los casos de coronavirus en las últimas semanas, aunque las autoridades dijeron estar preparadas para lo que pudiera traer la tormenta.
Chris Birchfield, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Brownsville, dijo que la población debía mantenerse alerta. Se esperaba que los vientos de Hanna perdieran fuerza el sábado, aunque su principal amenaza seguían siendo los aguaceros.
“En este momento ni siquiera estamos cerca de que acabe”, dijo Birchfield. “Seguimos esperando inundaciones catastróficas”.
Se esperaba que la tormenta pudiera llevar entre 15 y 30 centímetros (de 6 a 12 pulgadas) de lluvia durante el domingo por la noche, que en algunos lugares podrían llegar a 46 centímetros (18 pulgadas), además de subidas del nivel del mar que podrían causar olas y corrientes peligrosas.
En la localidad mexicana de Matamoros, que está en Tamaulipas y al otro lado de la frontera de Brownsville, Texas, equipos de voluntarios seguían de cerca la tormenta, temiendo que pudiera afectar a un asentamiento improvisado de migrantes cerca del Río Bravo, donde unos 1.300 solicitantes de asilo, incluidos bebés recién nacidos y personas ancianas, esperan a poder tramitar sus peticiones desde que Estados Unidos introdujo una política que les obliga a permanecer al otro lado de la frontera.
Mientras tanto, se esperaba que el huracán Douglas pasara el sábado por la noche junto a las principales islas de Hawai y avanzara sobre parte del estado el domingo y el lunes. Había una alerta por huracán para el condado de Oahu.