La lucha contra la deforestación

La lucha contra la deforestación

La muerte a puñaladas del  vigilante forestal Eligio Eloy Vargas Medrano en la sección El Aguacate, de Duvergé, nos indica que la lucha contra la deforestación en las cercanías de la frontera tiene que ir más allá del decomiso de sacos de carbón y destrucción de los hornos. El vigilante fue muerto por varios haitianos a los que sorprendió construyendo hornos. Sus matadores se llevaron la escopeta que portaba en su condición de vigilante.

El comercio transfronterizo de carbón tiene ramificaciones a ambos lados de la frontera. Muchos haitianos entran a territorio dominicano para dedicarse a la tala de árboles y fabricación de carbón, y es obvio que, o burlan la vigilancia en la línea divisoria, o encuentran cómplices que les cobran peaje. Un trasiego tan voluminoso de  leña y carbón no puede pasar siempre desapercibido. Hay una especie de coladero que deja dinero en algunos bolsillos.

Cuando vemos fotos de militares exhibiendo sacos de carbón decomisados y hornos destruidos nos preguntamos si eso garantiza la renovación de los bosques talados. Aunque el decomiso del carbón y la destrucción de los hornos es importante, la tarea prioritaria es  impedir el corte de árboles con esos fines. Tiene que llegar un momento en que  alguien con autoridad se tome en serio lo que está ocurriendo con nuestros bosques y por qué es posible que ocurra.

Haití: infancia en situación difícil

Dos años después del terremoto, el drama social en Haití tiene vertientes desgarradoras. Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) afirma que la mayoría de los 4,316,000 menores de 18 años de edad registrados hasta la fecha en ese país, solo tienen oportunidades limitadas de supervivencia, desarrollo y protección. El organismo ha solicitado 54 millones de dólares para mitigar esa situación.

A pesar de que la comunidad internacional se comprometió a volcar ayuda masiva hacia Haití, todavía hay  más de medio millón de personas que viven en tiendas de campaña y otros albergues provisionales, esperando una reconstrucción que no arranca. La situación es extremadamente difícil para niños y niñas, que son los más vulnerables al hacinamiento, las violaciones, problemas de salud y otras dificultades destacadas en el informe de Unicef.

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