San Juan, (EFE).- El puertorriqueño Franklin Gómez, quien hace una semana se convirtió en subcampeón mundial de lucha olímpica, es un ejemplo de superación por sobrellevar desde niño la muerte de su padre y convertirse desde entonces, al lado de su madre, en guía de sus hermanos.

Gómez, de 25 años, contó en entrevista con Efe que a sus cinco años, cuando vivía en su natal República Dominicana, su padre murió, por lo que su madre, Margarita Matos, decidió trasladarse a Puerto Rico en buscan de mejor porvenir para el resto de la familia. Tras divertirse jugando béisbol, Gómez se vinculó con 12 años a la lucha olímpica en el Club Sparta, en San Juan. Por entonces sentía el deseo de competir en algún deporte.

«Lo que más me gusta de la lucha olímpica es que es un deporte de mucha táctica y técnica, así como también de maña y experiencia», enfatizó Gómez. El joven, quien dijo que se considera puertorriqueño pese a haber nacido en la República Dominicana, continuó su carrera en la lucha olímpica compitiendo en eventos internacionales, incluyendo los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2010, donde ganó 2010.

El egresado de la Universidad de Michigan State (EE.UU.), recordó que el técnico del equipo de lucha olímpica de los Estados Unidos se reunió con él varias veces para tratar de convencerlo de que los representara en competencias, pero rechazó hacerlo porque fue en Puerto Rico donde inició su carrera.

«A la hora de la verdad, Puerto Rico siempre me ha apoyado. El Comité Olímpico, David Bernier y los entrenadores. No podía evitar darles ese agradecimiento y después representar a otro país», dijo.

En su último año universitario, Gómez terminó con marca de 27 victorias y dos derrotas, lo que le hizo ganarse el título nacional y el de la Conferencia del Big Ten en los 60 kilos. También fue galardonado con el premio al Mejor Atleta de la Universidad de Michigan State.

 «Es el deporte más antiguo del mundo. Mi meta es mantenerme sano y saludable para luchar mejor», subrayó. Fue segundo del mundo en lucha libre, dentro de la categoría de los 60 kilos tras perder la final con el ruso Besik Kudukhov.

Gómez logró unirse a Mabel Fonseca como los únicos medallistas mundiales puertorriqueños. Fonseca ganó bronce en los 59 kilos del Mundial del 2002 en Grecia. El luchador boricua pasó a la final del reciente Mundial, cuando derrotó al kazako Dauren Zhumagazyev, el campeón asiático y tres veces medallista mundial, en la semifinal de los 60 kilos en el estilo libre de la lucha olímpica.

Gómez destacó además que durante el Mundial, los organizadores y competidores subestimaron su potencial, por lo que espera cambiarle la mentalidad a todos en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012. «Yo lo que quiero es lograr un impacto positivo ante todo lo negativo que ocurre en Puerto Rico», sostuvo. EFE