La lucha del cerebro y el corazón

La lucha del cerebro y el corazón

El libro “Breve diccionario clínico del alma”, de la autoría del joven psiquiatra mexicano Dr. Jesús Ramírez-Bermúdez, quien fue Premio Nacional de Ensayo en el 2009 en su país,  fue puesto en circulación en la Feria del Libro Palacio de Minería, en la capital mexicana. La presentación de la enjundiosa obra estuvo a cargo del cardiólogo dominicano con exitoso ejercicio profesional en Chicago, el Dr. Jochy Herrera,  un filósofo de la medicina y epistemólogo.

El talentoso colega y hermano no desaprovechó tan regio escenario para sutilmente defender con gran inteligencia  su posición, algo que ambos venimos debatiendo desde hace tiempo, de si el órgano rey es el cerebro o es el corazón.

El Dr. Herrera no quiere admitir algo que dijo el Padre de la Medicina, el sabio Hipócrates de Cos, cinco siglos antes de Cristo: ¨Los hombres deberían saber que sólo del cerebro y del cerebro solo, nacen el placer  y la alegría y también las penas, tristezas y llantos¨.

Para que los amables lectores sean testigos de sus ¨subliminales¨ sugerencias si no sobre el predominio, al menos estuvo tratando de igualar el  pulsátil corazón al majestuoso cerebro, lo cito: ¨El hogar del alma, no como entidad divina sino como sinónimo de espíritu y pensamiento, ha viajado desde el hígado de los arúspices y el corazón aristotélico hasta el cerebro de René Descartes.

Aristóteles cuestionó si el corazón era el centro vital y la medicina temprana lo corroboró con la concepción de los ¨humores¨. ¿Acaso cabe preguntarse en  pleno siglo XXI si tiene, o debe tener el corazón o el cerebro un papel protagónico en la espiritualidad humana? Es decir: ¿es pertinente hoy desnudar el alma? Los médicos sabemos que es biológicamente imposible adjudicar tal rol con carácter exclusivo a dichos órganos, ya que tanto las neurociencias como la cardiología han reconocido la interdependencia de ambos en la manutención del equilibrio vital¨.

Si vemos la última parte  de sus juicios menciona ¨el equilibrio vital¨, no se discute, sin corazón no hay vida, pero es una simple bomba dirigida. Descartes  ha muerto, señalaba la revista Science en reciente editorial, esa muerte simbólica ha dejado al desnudo al hombre biológico, ese que es constructor de sí mismo y de su propio destino, cada día sabemos un poco más del funcionamiento de nuestro órgano rector, de su funcionamiento biológico, de cómo se elaboran los pensamientos, la conciencia; ellos son consecuencia fundamental de los vitales procesos mentales. La razón es que el paso de los años nos ha permitido conocer mejor el reinado de lo más excelso que tiene la biología humana, nuestro cerebro.

Es el único espacio donde tienen lugar los conceptos de ¨mente¨ y el ¨yo¨, la concepción del libre albedrío, nuestra intimidad,  hasta las distintas creencias  que tenemos de Dios.

Ese órgano neuronal, el único que nos hace animales morales, ya que todo pensamiento ético y  toda la conducta humana  sólo en él habitan, únicamente en el cerebro,  lo más perfecto del humano. ¿Cómo puede otro órgano manejar conductas sociales, discernimientos, en fin nuestra conciencia? Pero la discusión seguirá,  creo que debemos continuarla tal como la iniciamos, en unas aristocráticas tertulias en casa del poeta José Mármol, con unas exquisitas degustaciones de vinos. Un  fraterno abrazo amigo Jochy, tengo muchas  elitistas razones neurológicas.

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