La lucha por el agua Está provocando devastación a montañas de Constanza

La lucha por el agua Está provocando devastación a montañas de Constanza

Constanza, La Vega.-Una gran parte de la producción agrícola de Constanza está enquistada en las montañas, donde decenas de pozos tubulares y motobombas están drenando el agua de la parte alta en detrimento de la agricultura de la zona del valle y de la población.

Precisamente en esa región de la cordillera Central nacen ríos de gran principalía como el Yaque del Sur, el Yaque del Norte, el Yuna y otros, por lo cual la agricultura en esa región está prohibida. Sin embargo, en los últimos años grandes agricultores, incluyendo a funcionarios, civiles y militares, se han instalado allí sin que las autoridades intervengan.

Los daños son visibles en las comunidades de Cruz de Cuaba, El Paragua, Los Suriel, La Culata, Los Bermúdez y otras, donde se pueden observar las montañas deforestadas y erosionadas luego de haber sido usadas para el cultivo de la papa, de la cebolla, la zanahoria, el brócoli, la lechuga y otros alimentos.

En algunas propiedades se han perforado hasta cinco pozos tubulares. Además, muchos agricultores colocan bombas en ríos represados para llevar agua hasta a cuatro kilómetros de altura. También construyen reservorios para asegurar el líquido. Incluso se está trasvasando agua del río Los Dajaos, en Jarabacoa, hacia Constanza.

También se observa que al menos en una propiedad, atribuida a un alto jefe militar, fue secado un humedal para ampliar las siembras.

Los cultivos no respetan la franja de los 30 metros del río Tireo, en cuyas laderas ya casi no quedan árboles que puedan darle sostén.

En el municipio de Constanza se produce la mayor parte de las hortalizas que se consumen en el país.

Quién controla. Todas las soluciones para el acceso al agua son individuales, lo que evidencia ausencia de las autoridades rectoras.

Ante esta situación de degradación natural del municipio, algunos ciudadanos preocupados han conformado el Consejo Ambiental de Constanza.

Su presidenta, María Reyna Mena Féliz, indica que la migración hacia la agricultura de montaña se debe a la falta de agua en el valle, que era el lugar destinado para las cosechas, por lo que los agricultores han ido migrando en busca de la humedad y tierras nuevas. Pero luego de algunas siembras terminan dejando esas lomas devastadas y migran a otros montes vírgenes.

Afirmó que la escasez es tal que ya la Junta de Regantes ha anunciado que no hay agua disponible, por lo que el agricultor que no tiene pozo tubular está arriesgándose a perder su cosecha.

Los pozos tubulares antes eran ilegales, “ahora hay uno por cabeza y algunos tienen hasta cinco en sus cultivos”, indicó.

Declaró que los daños que se están infligiendo a las montañas se evidencia con la fuerte sequía y los cambios bruscos de las temperaturas. Ya el atractivo de ese clima fresco que existía en Constanza durante todo el año se ha ido perdiendo, señala.

“Estamos viviendo los últimos cinco años de vida del agua dulce y esa es nuestra gran preocupación”, indicó Mena Féliz al anotar que la falta de controles para el manejo del agua simplemente está llevando al colapso la producción de alimentos. Entiende que hace falta actuación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y el Ministerio de Agricultura para que lleven conciencia al agricultor de que su práctica sea menos agresiva al medio ambiente.

Mena Féliz considera que las autoridades son “totalmente infuncionales” y se hacen de la vista gorda en el municipio, donde impera el favoritismo.

La presa. Mena Féliz recordó que cuando se construyó la presa de Pinalito, en agosto del 2009, se dijo que se haría un plan de reforestación masiva y de protección de cuencas, lo que no se hizo.

“La presa nada más la embalsaron, cobraron todo el dinero del mundo y no sembraron ni un árbol”, señaló Mena Féliz.

Ordenar el territorio. En tanto Jhonny Marte, también del Consejo, señaló que urge la aprobación del proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial para que se regulen los usos de suelo en las montañas, donde se está haciendo agricultura intensiva.
Marte, quien fue director ambiental en Constanza, estimó que de 120,000 tareas que se están cultivando en Constanza, la mitad está en la montaña.

Deploró que zonas productoras de agua que anteriormente estaban protegidas y vigiladas, hoy son ocupadas libremente por agricultores y dueños de cabañas turísticas.

De hecho, en Los Bermúdez había una oficina forestal y un vivero operado por el Ministerio de Medio Ambiente que ha sido abandonado; incluso una casa que era usada por los técnicos forestales ha sido destruida y parte del terreno fue tomado por agricultores.

Marte recordó que Constanza es parte de la cordillera Central o “madre de las aguas”, donde nacen los grandes ríos que suplen de agua para el consumo humano de gran parte del país. Advirtió que no se está pensando en las futuras generaciones.

Indicó que la urgencia es tal que se requiere un movimiento ambiental fuerte por la región madre de las aguas, tal como surgió a favor de Los Haitises.

Criticó la ausencia de las autoridades y abogó por el reforzamiento de la oficina de Medio Ambiente. Deploró, además, la falta de preocupación del Ministerio de Agricultura.

“Estamos perdiendo lo mucho por lo poco”, advirtió Marte.

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