Como excesiva calificó el FMI la deuda pública total, la calcularon en 48% del PIB en 2013, la realidad es que supera 55% del PIB, sumando flotante y contingente. Escribieron que el alto nivel fue por el déficit consolidado del sector público de 5% del PIB, tampoco es cierto; se debió a los déficits acumulados en el presupuesto del periodo 2008-2012, el gobierno pasado siguió la equivocada e incoherente política de gastos excesivos que recomendó el FMI.

Para reducirla sugieren una mayor consolidación fiscal, con políticas que reduzcan gastos y exenciones fiscales, que aumenten tarifa eléctrica y la base tributaria; es decir, más de lo mismo, otro parche fiscal que el gobierno hizo bien en rechazar.

Porque la economía crecerá de verdad, con empleos productivos, cuando se haga una reforma fiscal integral, que cobre ITBIS e impuesto sobre la renta a los que están en la economía sumergida (representa 56% del PIB), pero exigiendo más impuestos a los altos ingresos y grandes empresas; es decir, que sea progresiva, porque debe diferenciarse de las cinco regresivas del gobierno anterior.

Valorizan que el Banco Central mejore el stock de reservas internacionales, pero parece que es para exhibirla, se oponen a su uso si cambia el panorama externo, recomiendan reducir el circulante y mayor devaluación del peso.

Si el dinero que tomamos prestado pesa como hormigón y por el menor crecimiento de la economía existe la posibilidad de no poder devolverlo con los intereses, no es consistente que se recomiende la política de reducir circulante, demanda agregada y el crecimiento; porque combinada con la mayor devaluación del peso, alejaría la consolidación fiscal.

Confunden financiamiento con las causas atribuir el aumento de las pérdidas cuasi fiscales del Banco Central a menores transferencias del gobierno. El llamado costo de la política monetaria aumentó en RD$7,099 millones (al pasar de RD$23,679.3 millones en 2012 a RD$30,778.2 millones en el 2013) en el 2013, debido a los valores emitidos, crecieron en RD$39,303 millones (de RD$253,092,820 en 2012 a RD$292,295,549 en 2013). Pero también por los altos intereses efectivamente pagados, la tasa promedió 17%, que por cierto contribuyó para que el gobierno también pagara un alto interés por sus valores.

Desde el gobierno de Leonel Fernández el FMI tiene prohibido publicar el informe técnico completo, aberración que ahora debe corregirse porque vivimos una época de total transparencia. Como evaluaron la economía para cumplir con la rutina establecida en el Artículo IV del Convenio Constitutivo de la entidad internacional, lo hicieron con un guión muy estricto, del que no podían salirse.

Es la razón por la que no discutieron la posibilidad de reestructurar deuda, alargar plazos, perdonar monto y/o convertir parte de ella en inversiones.

En suma, nos quedamos enganchados con la política de exceso de gastos dizque para crecer. Ahora debemos demasiado y no es con parche fiscal como vamos a salir del callejón. Necesitamos una reforma amplia, que incorpore reglas estrictas para el manejo del presupuesto; como la de Alexander Hamilton, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, que en 1790 estableció que la nueva deuda fuera exclusivamente para invertir y no para gastos corrientes.