MAURO CASTILLO
Toda madre reúne una serie de cualidades que la hace un ser excepcional y al llegar cada año el día de la madre no existen palabras suficientes para describir su grandeza y su entrega eterna en favor de su criatura.

Veamos con asombro estos seis estadios que ella va superando junto a su hijo, siempre plena de amor, y extrae de lo más profundo de su ser fuerzas indescriptibles que le permiten salir a camino llena de heroísmo, pudiendo vencer todos los obstáculos sin importar la magnitud de su contenido.

Hemos querido describir cada uno de los seis históricos estadios para apreciar aun más su grandeza y lo sublime de su abnegación.

Ellos son los siguientes:

I.-  El largo proceso del embarazo durante nueve meses pervive un ser en su vientre, que se nutre solamente de ella y crece día por día provocando desde el momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide todo tipo de malestares físicos y psicológicos. Se diría que los nueve meses pasarían rápido, pero se podrían producir momentos de alegría y también cierto malestar general por el aumento de peso y de volumen corporal.

II.-  La llegada del parto es quizás el momento cumbre de ansiedades, angustias y de aquel fuerte dolor, que dicen que se parece al de la muerte, sin embargo de gran alegría; a pesar del riesgo que pueden correr la madre y su bebé.

III.-  Nacida la criatura se inicia la maravillosa lactancia de la leche materna, que es llamada el néctar de los dioses por su efecto en el buen desarrollo físico y mental de la criatura. Como se ha comprobado el poder inmunológico que contiene este elemento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF exhortan a todas las madres para que lacten sus hijos durante un período mínimo de seis meses y serán sanos y robustos.

IV.-  La dedicación incansable de la madre en el cuidado del entorno del niño cuando adquiere la autonomía de la marcha y sus fluctuaciones emocionales con el llanto, y la alegría de reír y parte de la socialización con los humanos y los animales (la mascota de la casa) así como el descubrimiento de los rasgos de su cuerpo y el de los padres. Así muy especialmente la sonrisa de la madre.

V.-  Aplicación del proceso de estimulación temprana para que el niño pueda madurar en el proceso del desarrollo y de la interacción social en el entorno familiar, donde inicia la rivalidad fraterna y los afectos entre hermanos y amiguitos.

VI.-  La labor valiosa de la madre cuando ya el niño ha adquirido el lenguaje pueril y es también valiosísimo la presencia de la madre leyéndole los cuentos infantiles, cantándole canciones antes del sueño, lo que estimula la imaginación y la inteligencia emocional y cognitiva que le será valioso para siempre. Felicidades a todas las madres, las heroínas de la familia y del hogar y a su vez las maestras del amor.