La mala educación, película almodovariana

La mala educación, película almodovariana

No sabemos si hablar de La mala educación, la más reciente película del cineasta español Pedro Almodóvar, puede ser considerada como una buena educación, pero después de verla, no hay remedio, o la comentas o te explotas. La mala educación del reconocido y premiado ideólogo, creador y director de películas que han maravillado / horrorizado por su crudeza / belleza al mundo, tuvimos la oportunidad de verla en Madrid.

Madrid, al igual que otras ciudades ha abierto / cerrado las puertas a La mala educación, a pesar de que el cine es un negocio en el que Pedro Almódovar siempre ha sido rentable.

Pero ya las salas de cine no solo proyectan, al igual que los grandes estudios no solo distribuyen, también vetan o apoyan determinados films y determinados directores.

En el más reciente festival de Cannes, en el que Michael Moore resultó ganador con su Farenheit 911, víctima de censuras, se presentó con gran éxito de la crítica y el público La mala educación.

Allí, en Francia, cuna de los derechos humanos y estandarte de la libertad y del encuentro cultural, se oyó a algún clérigo pedir que esta película no fuera proyectada en ese país, y como las leyes y el poder no estaban a su favor acudió a la fe de sus feligreses para pedir que no fueran cómplices de esa blasfemia.

Por más que Almodóvar diga que esta película no es un ajuste de cuentas con la Iglesia Católica a la que le debe su educación personal, siempre habrá gente capciosa y coincidencias en el film que le desmientan esta sostenida afirmación:

“Yo no persigo ajustar las cuentas con nadie en concreto, después de tanto tiempo. Yo soy director y guionista, para mí el padre Manolo es un personaje, no un arma arrojadiza contra la Iglesia Católica, que bastante problemas tiene ya”

La mala educación se cuenta en los años 80’s, lo hace desde el recuerdo y desde el presente. Fele Martínez representa a un director de cine en un momento en que es víctima de una nulidad creativa y recibe una visita y un guión que lo ponen de frente con su pasado y le dan la oportunidad de embarcarse en el rodaje de una nueva película.

Es un desquite en el que además de recordar su niñez y el descubrimiento de su homosexualidad, tiene la oportunidad de denunciar al cura párroco que tanto daño le hizo y que era el director de la escuela donde estudiaba.

Fele Martínez o Enrique Goded que es como se llama su personaje, dice que la película “no busca montar el pollo, pero cuando no lo buscas, los que se sienten ofendidos lo montan y deberían callarse. La película es una historia sobre el nacimiento de una serie de sensaciones y sentimientos y, sobre todo, trata del heroísmo de los personajes, que sabiendo lo que se les puede venir encima se lanzan a por sus metas con los ojos cerrados”.

Gael García Bernal es Juan, lo mismo hombre que mujer –depende de sus intereses en un determinado momento–. Hermano del violentado amor juvenil de Goded. Aspirante a actor y ambicioso hasta lo inhumano. Logra otra de sus grandes interpretaciones, a pesar de lo complejo, lo hace parecer creíble y fácil.

A sus escasos 25 años se muestra como un actor maduro y tan exigente consigo mismo que acaba pasando el potente rayo X del controversial cineasta español.

En www.lamalaeducacion.com el cineasta se hace una autoentrevista –donde se queja de las pocas que le han hecho con motivo de esta película y de ella elegimos estas preguntas que se hace y se responde.

P. En sus primeras declaraciones negó que la película fuera autobiográfica.

R. Todo lo que no es autobiografía es plagio, dice Paco Umbral. La película es autobiográfica pero en un sentido más hondo, yo estoy detrás de los personajes, pero no cuento mi vida.

P. Pero el hecho de haber vivido en los principales escenarios a la misma edad que los personajes centrales supongo que le habrá inspirado…

R. Por supuesto. En mi película hay mucha realidad, pero también mucha manipulación. El cine es manipulación, incluso el cine documental. “La mala educación” es una ficción, pero por las pocas entrevistas que he hecho tengo la impresión de que a la gente le gusta la idea de que sea autobiográfica.

P. Vd. fue también el solista del coro, en su colegio…

R. Sí. Y cantaba todo el tiempo, misas en latín, motetes, etc. Cantaba en todos los actos religiosos y en las fiestas. Y supongo que no lo hacía mal. Los curas me grabaron algunas canciones y las ponían en la puerta de la iglesia para atraer a los fieles. Y recuerdo que llenábamos la iglesia. Daría cualquier cosa por recuperar aquellas cintas, pero no creo que existan.

P. A juzgar por las respuestas a sus propias preguntas, da la impresión de haber quedado muy contento de esta película.

R. Yo nunca estoy contento, pero, bueno… digamos que estoy bastante animado.

Fue Fele Martínez, el que declaró en una entrevista que leí, que esperaba que el público no saliera del cine tranquilamente, sino que “discutan y hablen de ella”.

Después del cine, la cena y el vino no hay dudas de que se cumple su deseo. Estaba con la joven comunicadora Carolina Féliz y ella nos dijo “Me parece fantástica, muy en la honda de Almodóvar, quien no quiere vender fantasías, sino entregar la verdad”. Y el diseñador dominicano Robert Flores: “Ante los ojos es cruda, pero eso es, fuera de hipocrecía y de velos, lo que hay”.

A mí, me conmovió esta película que tiene adentro otra película –como una muñeca rusa– a la que encontré menos almodovar / sicodélica y más humana.

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