La mala educación sobre terremotos (3 de 3)

La mala educación sobre terremotos (3 de 3)

ALFREDO RICART NOUEL
3.- El nuevo reglamento

El coordinador del nuevo reglamento… expresó que el Instituto Americano de la Construcción tenía 20 años recomendando a los ingenieros que los pórticos dúctiles eran la solución a los problemas de la construcción, y, sin embargo, en menos de tres minutos recordó que se cayeron cuatro mil pórticos dúctiles en México a causa del terremoto de 1986. Le refuté ese argumento a la misma persona hace 10 años. Lo presenciaron de 200 a 300 personas, ingenieros y estudiantes, durante un Congreso de la Construcción del Codia, en el Hotel Sheraton.

Tomé el micrófono y empecé así: “Hasta el famoso charro Jorge Negrete describió mejor las circunstancias de allá mientras cantaba la ranchera “Guadalajara es un llano y México es una laguna”. La ciudad descansa sobre un profundo lecho de lodo. Cuando se sacude el fondo rocoso, con la superficie se multiplican los movimientos, pero no son bruscos y rápidos, sino que es un lento oscilar.

Allí, en el museo de arqueología, de un piso, las piezas sueltas expuestas ni se salieron de sus estantes con ese temblor, mientras espigados edificios se desplomaban.

¿Por qué esa diferencia de comportamiento? Repito que por el tipo de suelo: a nivel terreno las cosas parecían dejarse llevar por el vaivén, como flotando; pero las estructuras altas aumentaban en los pisos superiores la aceleración que recibían en sus bases, y entonces lo mal hecho se vino abajo. El colapso sobrevino pero no es atribuirle ni al sistema estructural ni a la magnitud del sismo, sino a la pésima construcción, por falta de las bondades que debía tener, por tener contratistas desaprensivos.

Hace tiempo dije eso, ahora agrego lo que sigue. Como Presidente del Capitulo Dominicano del Instituto del Concreto (ACI), tengo a bien manifestar formalmente que el ACI internacional en ningún momento a cambiado sus criterios sobre los pórticos dúctiles, por el contrario, sus bondades se reconocen cada vez más.

Sobre toda esta divergencia de opiniones, lo más relevantes en este momento es que el código salga pronto y razonablemente sano; pero lamentablemente su pronóstico no es muy bueno. Se ve mal, según lo discutimos en grupos promovidos por la Secretaria últimamente. Tiene faltas significativas y de difícil aplicación en ciertas áreas; tratando temas similares presenta enfoques diferentes, son muy pobres los comentarios que deben incluirse para aclarar limites, rangos, jerarquías, criterios aun ambiguos en su exposición, en las pruebas de laboratorio que las sustenta, etc, etc, etc.

Igualmente presenta pasajes logrados, meritorios, que lo hacen salvable.

Necesita un serio proceso de limpieza, preferiblemente de mayor participación, más democrático y a la vez que lleve instrucciones claras y manifiestas. Esa es la forma como se hacen en otras latitudes de este globo Terráqueo.

Propongo, en ese sentido, la celebración dentro de un año de un Congreso Nacional de Requerimientos para Edificaciones. Lo escrito hasta ahora puede servir como documento de base que cualquiera pueda adquirir por un módico precio. En unos seis meses se recibirán resúmenes de una página sobre trabajos específicos, sobre modificaciones debidamente respaldadas.  Luego de aprobados se notificará a cada exponente/autor para su presentación personal.

Un atractivo al mismo sería la presentación de Conferencias Magistrales de reconocidos expertos.

Durante el evento pueden efectuarse votaciones sobre los cambios sugeridos, y luego nada más que compaginarlos.

En un máximo de pocos meses después contaríamos con unas normas sólidamente basadas al Estado del Arte y Estado de la práctica actuales y con el consenso requerido. Basta disponerse a ello, dejando a un lado actitudes adversas.

“El corazón del problema es que el problema está en el corazón”. Pertenece esa frase a la charla del pastor doctor Miguel Núñez que tituló “El rol de la palabra de Dios en la Transformación de una Nación”. (Dic 13, 2004).

Hubo un tremendo terremoto inmediatamente murió el que dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Una fuerte réplica a los 3 días hizo rodar la piedra que cerraba su sepulcro.

Esas fueron sacudidas terrenales y espirituales que le han dado la vuelta al mundo, y que tocaron de manera especial nuestro país en 1844 y así lo dejaron consignado en el escudo de la primera bandera nacional; “llevarás en el centro el libro de los evangelios, abierto,.. Oficiliazado por decreto del Presidente arzobispo Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla, en 1913. (art.96 de la Constitución).

Todavía se lucha por los ideales de los Trinitarios, iluminados por la verdad absoluta, cada cual desde la posición que ocupe dentro o fuera del gobierno, cueste lo que cueste.

Oro para que el motivo principal de la gente no sea el oro, sino Dios. Luego, la patria y la libertad.

Una triple atadura de un pueblo es:

Ignorancia-demagogia-corrupción.

Estas son las mejores enseñanzas que he podido resumir sobre los temblores y sus temores.

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