La mala racha de Leonel

La mala racha de Leonel

Claudio Acosta.

Siempre se ha dicho que las desgracias, tanto las grandes como las pequeñas, nunca vienen solas, que se presentan por rachas, una detrás de otra. Y como no hay antídoto contra una mala racha que no sea esperar pacientemente a que esta pase, lo recomendable es quedarse tranquilito a que amaine la tormenta, pues resulta contraproducente nadar contra la corriente de los acontecimientos. Me consta que a estas alturas de la crisis peledeísta no son pocos los que han tratado de convencer al expresidente Leonel Fernández, quien atraviesa por la peor racha de derrotas de su exitosa carrera política, de que acepte la realidad y comprenda que la dinámica de las fuerzas internas en el PLD no le es favorable en estos momentos, y que lo inteligente, lo sabio, lo políticamente correcto, es reconocer esa realidad y actuar en consecuencia, colocando al partido, su unidad y su permanencia en el poder, por encima de sus ambiciones personales. ¿Cómo es posible, se preguntan, que un político de su formación y experiencia no vea lo que es tan evidente? ¿Cómo no se dio cuenta a tiempo de que el danilismo, fortalecido con los recursos del poder, ganaba terreno y conquistaba espacios decisivos en los organismos de dirección peledeísta? ¿Cómo no es capaz de ver que, desde su condición de presidente del PLD, no hay forma de justificar ni defender una rebelión contra su máximo organismo de dirección, que es lo mismo que decir contra su institucionalidad? Es probable que la explicación a tan errático comportamiento, absolutamente impropio de un liderazgo de sus dimensiones, resida en el hecho de que, desde las alturas en las que ha decidido vivir, muy por encima del resto de sus mortales conciudadanos, al doctor Leonel Fernández le resulta muy difícil distinguir la verdad verdadera del chillerío insidioso de aulicos y adulones, a cuyo encantamiento debe resistirse si quiere sobrevivir indemne a la mala racha que lo ha enviado al banco.

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