Originaria de Asia, cuando la mandarina llegó al Mediterráneo, en el siglo XIX, ya la medicina china utilizaba su cáscara seca para tratar la tos, los dolores pectorales y del vientre, así como la malaria.
De múltiples usos, su esencia se aprovecha en la perfumería. Su nutritiva pulpa constituye un formidable concentrado de elementos vitales -vitaminas, azúcares, oligo-elementos-.
Rica y concentrada de manera natural, y en perfecta afinidad con la piel constituye un extracto capaz de recargar la energía de las células. Durante la noche, la reparación es aún más eficaz, garantiza la renovación celular e hidrata intensamente la piel.
[b]Propiedades[/b]
Fuente de vitaminas B y C, fósforo y zinc. Su piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas.
También tiene propiedades broncodilatadoras y antiflamatorias. Se utiliza en el tratamiento de úlceras, ayuda el intestino y la digestión.
La mandarina, al igual que la naranja, puede ayudar a combatir los resfriados. Es igualmente aconsejable para las personas que padecen debilidad cardíaca o que desean fortalecer sus vasos sanguíneos.
[b]Información nutricional: 1 mandarina (80 g)[/b]
Calorías: 40
Grasa: 0.4 g
Colesterol: 0 mg
Sodio: 0 mg
Carbohidratos: 12 g
Fibra: 2 g
Azúcares: 9 g
Proteínas: 1 g
Agua de mandarina hidratante: Agua dinamizante para el cuidado, hidratación y perfumado de la piel, en combinación con Aloe Vera y sales termales
Aceite esencial de mandarina: Se obtiene a partir de las hojas de los frutos del naranjo.
En la aromaterapia, relaja y anima. Ideal para los problemas nerviosos. Disminuye el estrés y las angustias y prepara para un buen sueño. Ideal para niños y embarazadas.
Sales termales: Aporta equilibrio, vitalidad, elasticidad y tersura a la piel.
[b]Pollo con Mandarina[/b]
1 pollo cortado en piezas
1 ½ tazas de jugo de mandarina
2 mandarinas en gajos
3 cucharadas cafeteras de salsa de soya
2 cucharadas soperas de harina
1/2 taza de azúcar
– margarina para freír
– sal y pimienta
Procedimiento:
Se lavan las piezas de pollo, se secan y espolvorean con sal y pimienta.
Se enharinan las piezas del pollo y se fríen en margarina hasta que estén doradas por todas partes. Se saca el pollo y se cuela la grasa para que quede limpia. Se añade el azúcar y se deja hacer caramelo.
Se regresa el pollo a la cacerola; se mezcla con el azúcar caramelada, y se agrega el jugo de mandarina y la salsa de soya.
Se cocina a fuego medio durante unos 30 minutos. Adornar con gajos de mandarina.