POR MANUEL ESPINOSA ROSARIO
SAN JUAN DE LA MAGUANA.- La utilización de la mano de obra haitiana en las labores agrícolas supera actualmente el 80 por ciento en esta provincia, lo que ha mantenido la producción de alimentos provenientes del campo.

  En algunos casos, como el del productor Víctor Matos Pérez, en la presente siembra de habichuelas de invierno, un 90 por ciento de la mano de obra agrícola es haitiana, situación que era inversa hace apenas cinco años.

  Según los productores agropecuarios, los grandes centros turísticos, el motoconcho y los juegos de lotería, han absorbido el 80 de la tradicional mano de obra dominicana en el agro.

  Según Matos Pérez, en proyectos turísticos de la región Este del país labora actualmente gran parte de los de los obreros agrícolas, mientras que en lugares como el distrito municipal de Pedro Corto, «se buscan uno con alfiler y no aparecen para la siembra, irrigación, desyerbo y recolección de las habichuelas».

  Uno de los grandes problemas que confronta la producción agrícola, principalmente en el valle de esta provincia, es que el 90 de la labores utilizan obreros.

  En pleno siglo XXI continúa la práctica del uso de las máquinas sembradores tiradas por caballos, mulos y bueyes, conducidas por un haitiano o uno dominicano.

  En el caso de la recolección, hay que utilizar obreros, ya que todavía los productores no se han interesado en mecanizarla, ni siquiera en un 25 por ciento.

  Otro productor, Manuel Matos Pérez, señala que no hay preferencia por contratar mano de obra haitiana, ya que, según afirma, «a cada uno se le paga 200 pesos por ocho horas de trabajo, más el almuerzo».

  «Es que la contratación de haitianos se ha convertido en una especie de mal necesario, y aunque hablen y hablen los patriotas del patio, su contratación es una realidad, porque en el caso nuestro, de no hacerlo, desaparecemos de la actividad agropecuaria», expresó.

  Varios productores han manifestado su disposición de acogerse a una disposición puesta en práctica por el gobierno anterior, de hacerse responsable de la presencia de los haitianos que necesiten en cada actividad agrícola, carnetizarlos y luego repatriarlos por Elías Piña, cubriendo los costos.

   Plantean, asimismo, que el uso de nuevas tecnología para iniciar un proceso de mecanización implicaría una cuantiosa inversión, la cual no disponen, debido a lo riesgoso y vulnerable de la actividad agropecuaria.