La marcha del proceso electoral

La marcha del proceso electoral

El proceso de organización de las elecciones presidenciales del 20 de mayo de este año ha continuado avanzando en todos sus aspectos. La Junta Central Electoral, que tiene a su cargo esta tarea, está dando los pasos pertinentes para garantizar que las elecciones se realicen de manera diáfana y confiable. Entre las medidas más recientes  en esta ruta crítica hay que citar la depuración y acreditación de observadores de entidades  locales e internacionales, dejando definidas las condiciones para el ejercicio de la observación electoral.

También la JCE ha dado pasos, conjuntamente con el Tribunal Superior Electoral (TSE), para ejecutar los aspectos contenciosos de la preparación de las elecciones, como es el caso de la coordinación del trabajo de formación de las juntas electorales. En virtud del mandato de la actual Constitución,  la JCE y el TSE comparten las funciones contenciosas y administrativas de acuerdo a lo que establecen las leyes 275-97 y 29-11, que rigen a ambas instituciones.

  Del mismo modo, la JCE ha estado expidiendo duplicados de la Cédula de Identidad y Electoral a personas que la soliciten por haber extraviado las originales, con el fin de que puedan ejercer el voto. En fin, la marcha del proceso sigue su curso normal y se aspira a que todo sea para garantizar diafanidad y transparencia de las  elecciones del 20 de mayo.

Meditar nos haría bien

Es Semana Santa y el asueto pone en movimiento a gente que se va de playa, circunstancia en la que  las autoridades se ocuparán de  prevenir contingencias lamentables. Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, los muertos, lesionados, intoxicados o ahogados entrarán al casillero de las contingencias de la Semana Mayor, aun cuando estas ocurrencias son solo un énfasis, un pico, una burbuja, en el patrón de ocurrencias de todo el año.

Sería de gran ayuda que, en esta etapa, los dominicanos meditemos sobre nuestra conducta general de todo el año. Que revisemos las causas que nos conducen a tantos accidentes,  violencia, irrespeto por la vida, al desdén con que tratamos los principios y valores humanos. Semana Santa crea una burbuja que hace más notables las consecuencias de nuestra conducta de todo el año. Tenemos que meditar sobre eso y trabajar para un cambio de actitud.

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