La Marcha Verde y el espacio público

La Marcha Verde y el espacio público

Eugene Georges Haussmann en París aplica el modelo funcional para reformar la ciudad capital y europea. Se llevan a cabo grandes ensanchamientos de avenidas, inmuebles burgeses, grandes instalaciones y servicios: alcantarillado, red hidráulica, alumbrado a gas, transportes púbicos, etc… La red viaria es modificada construyéndose nuevas calles anchas y rectas, desapareciendo los barrios medievales, obreros del este de París y el entramado de callejuelas tan utilizado en los disturbios revolucionarios, para enfrentar a la represión policial. (La Comuna de París, 1871). Las intervenciones de Haussmann no solo modificarán el entorno físico de la ciudad sino también afectarán directamente su forma de gestión. Se marca una separación entre el espacio público y el privado, cuya consecuencia es el usufructo privado de las transformaciones realizadas por el Estado y las dificultades históricas de manutención de estos espacios, como señala Benevolo «la renta inmobiliaria, que extrae riqueza de la esfera pública y la acumula en la privada, acentúa el contraste entre ambos espacios». El XIX es un siglo que marca un quiebre con la concepción tradicional de la ciudad, el marco ya no es el valor arquitectónico del espacio, sino la organización urbana como conjunto social, determinada por las relaciones sociales y económicas. Pues en la gestión política del expresidente Balaguer se puede apreciar cierta influencia haussmaniana, ya que su Gobierno 1966-1978 se caracterizó por el ensanchamiento de las tierras al oeste a partir de ejes viales tan majestuosos como las avenidas de París con sus respectivas urbanizaciones. El viejo escenario de las protestas del 1965, -Conde y Parque Independencia-, se iba a restringir, limitar para ser desplazado por las grandes avenidas, cabezas de puentes y plazoletas que acompañaron la modernización de la ciudad. Sin embargo la ciudadanía y los urbanistas vimos como la ciudad del siglo XXI resulta, después su nueva modernización, menos democrática aun. La obra realizada por el Gobierno de Leonel Fernández 1996-2000 transformó la ciudad de nuevo, la alargó, la amplió, la tecnificó, desaparecieron los espacios públicos tradicionales, populares y conformando otros, productos de la privatización, como las plazas comerciales en cuanto a los túneles, elevados y otros artefactos disolvieron la ciudad, invisibilizaron los barrios. Los espacios públicos y de ciudadanización por la protesta que deben conducir al Palacio Nacional, símbolo del Poder y punto final de todas las protestas se han rarificado y reducido al punto que obvian ese punto. La ciudad con ese proceso, paradójicamente vio desaparecer la centralidad pero la policentralidad no fue apropiada todavía por el movimiento social que necesitaría más fuerzas. Los espacios simbólicos, centrales donde la protesta surtía efectos, por lo menos por su visibilidad no existen, hay que reinventarlos y reapropiarse de los que aparentemente son públicos, pero dejaron de serlo. Que la Marcha Verde haya escogido como punto de concentración la plazoleta-intersección avenida Kennedy-Av. Máximo Gómez, constituye una novedad por el lugar poco usado, reservado a la circulación y una vez, al partido reformista. Sería interesante que en la recuperación de la transparencia pública, la decencia, el derecho al ejercicio ciudadano y a la honradez también la Marcha Verde se plantee recuperar los espacios públicos que fueron privatizado como, por ejemplo el Malecón.

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