Cuando se haga la historia del transfuguismo político en República Dominicana, sin duda ocupará un lugar preferente la hazaña de Vargas Maldonado y sus compañeros, primero al boicotear la campaña y luego la votación por el candidato de su partido, para más tarde entrar en conciliábulos con el PLD y jueces venales para anular la calidad que tienen los partidos políticos de imponer disciplina a sus militantes, sobre todo cuando muchos hicieron público su apoyo al candidato del partido oficialista, y los otros participaron en actividades non sanctas contra el PRD, o haciendo declaraciones hostiles hacia su candidato.
La deslealtad del Presidente y su grupo, y la nefasta actuación de la JCE, junto al abuso masivo de los recursos del Estado, fueron las causas eficientes de la derrota del PRD en las elecciones del 20 de mayo pasado, aunque también se cometieron errores lamentables de estrategia y tácticas en la campaña de ese partido.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) superó en este asunto todas las expectativas de su parcialización, cuando no solo conoció un asunto disciplinario no relacionado con candidaturas a puestos públicos o de cargos internos, cuando su propia Ley Orgánica lo prohíbe (Párrafo de su art.13)y la Constitución (art. 214) mandan que se actúe de acuerdo a la Ley, como en otros muchos casos.
El TSE, en su afán de servir al Estado despótico en formación, llegó a declarar inconstitucional dos acápites de los Estatutos del Partido que figuran en todos los reglamentos partidarios del mundo, sustituyendo al Tribunal Constitucional más allá de la solicitud del demandante (ultrapetita), y a calificar de simples grupos a los órganos superiores del partido, que nadie se ha atrevido a objetar, obviamente con jerarquías superiores a la del Presidente.
Quitarle atribuciones a estos organismos, facultados para imponer la disciplina al Presidente, no resiste el menor análisis jurídico y político, porque es equivalente a un intento de feudalizar al partido, tal como ha ocurrido con el PRSC y otros menores.
El colmo de estos aventureros y tránsfugas de la política, bien conocidos por la opinión pública, aunque al final el Presidente votó media hora antes de cerrarse las urnas violando la ley al enseñar su boleta, para que se pudiera creer que votó blanco, fue que se sirvieron del TSE peledeísta para desconocer la autoridad de sus organismos superiores y tratar de destruir al PRD, para que el PLD complete el círculo de las dictaduras de nuevo cuño, como ocurrió con la destitución de Fernando Lugo en Paraguay es otro ejemplo, porque no creo que alguien en sus cabales pueda pensar que puede controlar en su favor a un partido que se ha visto alejado del poder por sus maquinaciones. De esa manera se lanza una advertencia al Presidente electo Danilo Medina de lo que puede pasar si se pretende independizar de la tutela leonelista
Pero no obstante las bellaquerías que realicen Vargas y Compañía con sus socios del PLD, el PRD y el pueblo dominicano, los pondrán en su lugar, que será el zafacón de la partidocracia dominicana.