La maternidad y la escultura

La maternidad y la escultura

 Mario Gaspar Cruz y Antonio Prats-Ventós, dos grandes maestros  de la escultura dominicana, han demostrado   en estilos muy diferentes  el tema relacionado con  la maternidad, el cual se  asocia más a menudo  con la pintura y el dibujo

POR MARIANNE DE TOLENTINO
Concepto, volumen, forma son elementos esenciales  en la escultura. El tema de la maternidad responde a esos valores  por la definición de amor, por la estética de la mujer, por la armonía de los  contornos resultantes. Una fuente de inspiración  privilegiada que se convierte en una visión muy personal y culmina en la conquista del espacio  exterior. Es una recreación de los sentimientos  más nobles y perennes, que el artista realiza en tres dimensiones. El aspecto fundamental consiste en el potencial de evocación y sugerencia, mucho mayor que en otros sujetos,  no importa la expresión adoptada, según lo veremos más adelante.

Maternidad y Arte dominicano

Observamos que la maternidad es un tema muy presente en el arte dominicano, y que prácticamente  todos nuestros pintores han dedicado cuadros -o partes de murales- a mujeres  e hijos. Sus obras están motivadas  por vivencias familiares y alegorías colectivas, sublimadas  por la iconografía religiosa, o encargadas  como retratos privados. El fenómeno natural más entrañable  conjuga  aspectos físicos, sicológicos  y sociales, y el artista, revelando sus sentimientos  filiales, enfoca la madre, casi siempre acompañada  del niño,  y la coloca en determinadas  situaciones , entornos y circunstancias, llegando a propósitos míticos y  trascendentales…

Hay un factor de estilo. La pintura suele rechazar la abstracción  para representar la maternidad, por ser de lectura más difícil e incierta. Se prefiere una versión sino descriptiva, de lenguaje figurativo, para transmitir la esencia del máximo compromiso  emocional en la condición humana, y del instinto en todas las criaturas vivas.

Los estilos abundan: neo-clasicismo  y realismo  en primer lugar, fauvismo y expresionismo,  figuración libre, mestizaje  contemporáneo  de tendencias  y post-modernidad.  Hemos estudiado  por ser ellos representantes  de la pluralidad interpretativa de la maternidad, a Cándido Bidó, Ramón Oviedo y Amaya Salazar, en efecto distintos tanto en sus facturas respectivas como en la concepción ideológica  del tema. En el dibujo, Aquiles Azar es probablemente el artista que más ha congeniado con la maternidad clásica en el enfoque y la filiación expresionista  en el tratamiento formal.

Ahora bien, el lenguaje de la escultura dominicana, aunque no tiene a los numerosos intérpretes de la pintura, ofrece ejemplos  y personalidades  impactantes..

 Antonio Prats-Ventós y Mario Gaspar Cruz

Es evidente que el aspecto estético reviste mucha importancia en una interpretación escultórica de la maternidad. Aunque, en el arte moderno, la belleza ha variado en construcción y expresión, subsiste un concepto tradicional de proporciones y armonía, al abordar ese tema, inmerso en la sensibilidad  profunda. La progenitora y su retoño, llevados a la metáfora de la creación plástica, deben sino agradar, entregar de inmediato un mensaje noble, a la vez fuerte y poético.

En estilos muy diferentes, dos grandes maestros de la escultura dominicana, Antonio Prats-Ventós y Mario Gaspar Cruz han expresado la maternidad, el primero de manera no figurativa pero comunicante, el segundo con una figuración inconfundible. Ambos fueron escultores absolutos, y, si abordaron la pintura, no significó más que una categoría secundaria  en relación con la escultura, que en ellos fue pasión y misión.

Cabe señalar que, para un artista optando por la talla directa, cual sea el material utilizado, se empieza por la abstracción, por volúmenes globales, que se van desarrollando y precisando en diferentes ángulos, a medida que el proceso avanza. Obviamente, el resultado final, respecto a las formas, a la vida en la forma, contrasta con el inicio del trabajo artesanal,  y la riqueza de la imaginación no puede tener una libertad total en el tema que nos interesa. Hay aquí una especie de responsabilidad  afectiva, que nutre la inspiración y colinda con lo sagrado.: la encontramos  en las esculturas de Antonio Prats-Ventós y Mario Gaspar Cruz., aunque no traten la simbología religiosa, por cierto presente en la obra de ambos.

Antonio Prats-Ventos inició su carrera en la figuración, con obras muy poderosas  y no la abandonará del todo, principalmente en piezas monumentales. Sin embargo, es en la escultura abstracta  -o al menos  distanciada  de una representación  descriptiva-, que él despliega un genio no superado en el arte nacional. Esa misma estética triunfa en las piezas inspiradas por la maternidad y mayormente ejecutadas  en piedra. No ha habido un artista que se adueñe del marmol como Tony.

La madre y el niño se fuenden en una sola masa, que exalta el dominio del volumen, la perfección de las curvas, la plenitud en la sencillez. Vale recordar lo que afirmó Manuel Valdeperes:, cuando Prats-Ventós era joven: » Sus esculturas últimas aparecen depuradas de todo lo que considera inesencial para la plástica o por lo menos de la belleza en el espacio. Podríamos clasificarlas  como creaciones de la imaginación, como referencias asignables  a la realidad. Hablar de abstracciones  en este sentido sería poco menos que absurdo.»

La palabra «referencia» se aplica  muy bien a la maternidad y a la lectura inmediata del tema que propone el artista. La madre domina espacialmente, con una volumetría sólida y formas redondeas. El ñiño asoma la cabeza,  fuente de ritmo y protuberancia, en el «regazo» materno. La superficie, suave, lisa, capturando y devolviendo la luz, invita a la caricia. Brota de las obras -hay varias emparentadas- una impresión de ternura, de intimidad y recogimiento: la abstracción  escultórica se vuelve carga de emoción en quien la observa.

Mario Gaspar Cruz es el escultor figurativo por excelencia, que se sitúa fuera del tiempo y de los movimientos. Hubiera podido ser una personalidad  de la Edad-Media, del Renacimento o del Barroco, al igual fue un maestro de la época moderna, comprometido con la figura humana. Pequeño y débil, tenía un caudal creativo inmenso y una excepcional  firmeza en sus convicciones.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas