La mayor colección de fotos del Caribe

La mayor colección de fotos del Caribe

ÁNGELA PEÑA
La principal  fototeca del Caribe  es lo que se ha creado en el Archivo General de la Nación con 700 mil imágenes salvadas para el futuro

Lo que durante años fue almacén de negativos y fotografías, algunos clasificados, archivados en pequeños sobres amarillentos, hoy es una de las más ricas y modernas fototecas del Caribe, con un patrimonio digitalizado, puesto a disposición del público, contrario a otros tiempos en que, salvo excepciones, no se permitía el acceso. Está en el Archivo General de la Nación.

 Los personajes y ambientes que refleja su acervo son los que le imprimen categoría de antigüedad, pero es la más actualizada por los procesos a que ha sido sometido el material para  conservarlo y hacer posible que el usuario se beneficie de él sin maltratarlo.

 En el pasado hubo depredación, saqueo, pero las pérdidas fueron mínimas, gracias al celo y la firmeza de su antiguo encargado, Miguel Holguín-Veras. Lo que no existe, se esfumó por órdenes superiores a él.

 Rafael Miguel Bello Camacho, quien a pesar de ser mercadólogo de profesión se ha convertido en experto de técnicas fotográficas y archivísticas y en genio de la informática, reconoce: “Gracias a Dios, el señor Holguín estaba ahí, él rescató no solamente la Fototeca sino muchos textos históricos, porque él tenía el concepto de guardar y conservar, claro, en una forma mecánica, pero por suerte se encontró  buen material y en  buen estado”.

 Del organismo nadie había hecho estudios para el delicado trabajo que requería este material, alguno tan añoso que se encontraba todavía en placas de vidrio, ferrotipo, daguerrotipo, piedra pulida. Colecciones como las de Ultima Hora y Listín Diario y algunas familiares “andaban por ahí arrumbadas en un cuarto, por lomas. Nos planteamos saber primero lo que teníamos, hicimos un inventario, una catalogación”, explica Bello Camacho, el joven encargado que actúa con rigurosidad y disciplina de exigente anciano. Tras su cortesía y rostro infantil, sonriente, se oculta un exigente, estricto jefe. Él justifica ese proceder, para que la sección funcione.

 Ya asistió a seminarios internacionales y comprobó, por primera vez, “que con el avance y las colecciones que tenemos estamos posicionados entre los mejores”, pese a las pérdidas de piezas valiosísimas que mermaron los bienes.

 Así pasó con la original colección “Conrado” y con la llamada “Marcos Martínez Paulino”, ex subdirector del Archivo que antes de morir donó más de 650 fotos, de las cuales sólo aparecieron 450. Un día, por otro lado, se presentó un usuario solicitando con tal precisión una foto de Conrado, que asombró al personal. Le dijeron que no la tenían para ver su reacción y él indicó todas las referencias para que la encontraran. Entonces se dieron cuenta de que tomó más de 500, para digitalizarlas. Confesó que se había llevado la colección casi completa, cuenta Bello Camacho.

Rarezas. La vida del país puede mirarse en retrospectiva a través de todas esas fotos, gran parte ya digitalizadas: gobernantes, políticos, sacerdotes, diplomáticos, intelectuales, gente común, parques, calles, plazas, avenidas, monumentos, paisajes, actividades, edificaciones. Todo lo que fue la República a partir de 1860, que es el año de la foto más antigua: el solar donde está hoy el Altar de la Patria. Para completar la historia nacional, se trabaja en Santo Domingo y en los pueblos capturando imágenes para el fondo “Pueblos contemporáneos”

 Ahora está el pasado en alrededor de 700 mil fotos entre las que se encuentran colecciones identificados como “José Gabriel García”, “Conrado”, “Luis Mañón”, “Paisajes de la ciudad de Santo Domingo”, “Arquitectura de la Ciudad de Santo Domingo”, “Instituciones estatales”, “Presidencia”, Milvio Pérez”, entre otros. Abundan  de la “Era de Trujillo” entre las que hay cantidades inéditas. Se ha llenado de fotos una considerable cantidad de álbumes, que reposan en estantes de varios tramos.

 Se han descubierto “minas” históricas tan impresionantes como 120 litografías en piedra pulida. Cada hallazgo y vieja existencia pasa por un minucioso proceso para luego digitalizar y conservar en cápsulas, urnas, depósitos especiales. Así, hay un centenario dibujo de Lilís ahorcado; el único retrato conocido de Juan Pablo Duarte; seis mil tomas  de Conrado; cinco mil 400 negativos de la revolución de abril, por Milvio Pérez. “De nosotros son mil, podemos difundir las otras pero con su autorización. Si solicitan las nuestras, las facilitamos de mil amores”, dijo Bello Camacho.

 Mapas, afiches, gentes y lugares antes inmortalizados en forma primitiva, hoy se localizan en segundos, nítidos, gracias al personal que hace inventario, clasifica, conserva. Los historiadores identifican sitios y personas, establecen fechas. Las fotos son tratadas co mo quinceañeras. Para tocarlas y no pasarles sudor, óxido, alimentos, hay que colocarse guantes blancos de algodón.

En síntesis
Para la sociedad

Mapas, afiches, gentes y lugares, antes archivados en forma primitiva hoy se localizan en segundos, nítidos, gracias al personal que hace el inventario. Grismeldi Pérez, Luz María Rodríguez, Nuris Abreu, José Rafael  Jiménez, y Juan Gadiel Acosta son los eficientes auxiliares de Rafael Miguel Bello Camacho

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