La medida del crecimiento

La medida del crecimiento

PEDRO GIL ITURBIDES
Nicolás Sarkozy tal vez esté interesado sobremanera en las curvas de la modelo italiana Carla Bruni. Las ocupaciones sentimentales, empero, no lo obnubilan al extremo de impedirle saber que los franceses andan a la zaga de su crecimiento económico. Lo mismo que nosotros. Los franceses andan por el suelo y el crecimiento por el cielo.

 Lo mismo que nosotros. Y porque él no ha dicho que desea transparentar la situación pero quiere hacerlo, ha propuesto la reformulación del procedimiento para medir el crecimiento de la economía. (Lo escrito no es un galimatías. Léanlo con su surrapa).

La noticia sobre el planteamiento que hizo el mandatario francés apareció en este mismo diario, la semana pasada. “Sarkozy cambiará medición economía”, llamaba la atención el título de una corta información de la agencia francesa de prensa. ¡No podía dejar de leerla! De hecho, con ustedes comparto mis preocupaciones sobre la disparidad entre los numeritos de ciertos economistas y la realidad que vivimos en nuestro pueblo. Más de una vez hemos escrito sobre el tema. Sobre todo, cuando nos recuerdan con machacona ínfulas de triunfo, que la economía dominicana ha crecido sobremanera.

Para el mandatario francés, su pueblo “ya no aguanta más el desfase creciente entre las estadísticas que muestran un progreso continuo y las dificultades crecientes que sufren (los franceses) en su vida cotidiana”. Esto lo dice un hombre que encabeza el Estado de una nación desarrollada, en donde el producto bruto por habitante es del orden de los US$28 mil. ¡Imagínense por consiguiente, que debía decir nuestro jefe de gobierno, pues aquí la economía crece a un ritmo de alrededor del 7% anual, y nuestro ingreso promedio por habitante es del orden de US$4 mil.

En procura de un nuevo esquema que permita que el crecimiento económico revele lo que viven los franceses, Sarkozy nombró una comisión de expertos. Por supuesto, no se anda Sarkozy con medias tintas, y a los economistas franceses les sumó a Joseph Stiglitz y Amartya Sen. Ambos son economistas, pero además, son ganadores del Premio Nóbel de economía. Sen es hindú de origen, y sus estudios se han dirigido a la pobreza y sus repercusiones. En tanto que Stiglitz es nativo de Estados Unidos de Norteamérica, y algunos de sus trabajos se han dirigido a criticar la globalización. Este último presidirá la comisión, y Sen actuará como consejero.

Este paso que acaba de dar el Presidente de Francia tendrá repercusiones tan pronto comiencen a conocerse los resultados. Porque ciertamente, algunos esquemas mediante los que son presentados los resultados del desempeño del producto interno bruto de un país, constituyen una engañifa. Reflejan, en algunas oportunidades, el crecimiento exclusivo de sectores que no repercuten sobre el bienestar de las gentes. Son a veces, esas estadísticas, meros registros de inversiones que muy tangencialmente inciden sobre la economía. Permiten a los que manejan tan hábilmente esos numeritos asegurarse renombre burocrático.

Pero como asegurase Sarkozy respecto de la economía de su país, esos datos no hablan de la realidad de la economía de los pueblos. Por eso quiere que un grupo de expertos rediseñen los esquemas sobre los que se calcula el producto interno bruto de Francia. Sigámosle los pasos porque como vemos, Sarkozy no anda únicamente detrás de Carla Bruni..

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