La mejor cara del carnaval

La mejor cara del carnaval

Pedro Pablo de Jesús Santos (Pedritín) es un artesano que en su humilde taller localizado en Bella Vista, casi a la sombra de los retorcidos metales del puente Hermanos Patiño, construye la cara más conocida del carnaval de Santiago.

En su oficio se inició hace 35 años, cuando apenas tenía 13 y veía a los artesanos construir las caretas, lo que le impresionó mucho al punto de dedicarse a este arte. «Cuando salía de la escuela veía un hombre que hacía caretas. Se llamaba Anthony Báez y me gustaba pararme en su puerta a verlo trabajar, eso me impulsó a aprender a hacer caretas».

«Los métodos para crear las caretas han variado mucho con el tiempo», admite Pedritín, pero en esencia, el arte se continúa haciendo de la misma forma. «Antes se utilizaba una varilla caliente para hacerles los ojos; ahora utilizo una navaja, pero el arte de cómo ir dándole la forma a la careta aún se mantiene».

«Se utiliza un molde de barro para darle forma a la careta con pedazos de papel periódico y papel de bolsa de cemento, y se va uniendo con almidón hasta que llegue a formar un cartón duro, pero lo que en verdad hace que una careta quede bien hecha es dejarla por un buen tiempo en el sol».

Jesús Santos ha sido premiado a través de su carrera de artesano popular, siendo reconocido como uno de los mejores en el área. «Desde 1962 he participado en el concurso Tomás Morel y ganado premios de caretas tanto joyeras como pepineras».

Lo que más lamenta el artesano es que su arte no es tomado en serio por los jóvenes, los cuales sólo lo ven como algo pasajero, «A los jóvenes no les gusta seguir la tradición porque ya este arte no es rentable. Desde que pasa febrero dejan el oficio; yo en cambio me mantengo desde mitad del año diseñando caretas».

El costo aproximado de una careta es de 2 mil pesos, y sólo se trabaja por pedidos, ya que Pedritín, además de construir y diseñar caretas, es zapatero. El artesano considera que el negocio de las caretas se ha mantenido debido al constante aumento de la participación de la población en las fiestas. «El hecho de que las mujeres hayan asumido el carnaval ha permitido que el negocio se mantenga».

Aunque así ha sido, Pedritín espera que en un futuro exista más apoyo de las autoridades de Cultura para que este arte llegue a los jóvenes. «Sería bueno que en las escuelas se enseñe cómo se construyen caretas de lechones, ya que esto le permite estar en contacto con el arte».

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