Según las cosas, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tiene muchas posibilidades de retornar al poder en el 2012.

Para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) el único punto adverso a vencer no consiste sólo en la posibilidad o no de que el doctor  Leonel Fernández Reyna se pueda reelegir.

Se habla de crecimiento económico, pero eso no se deja sentir en el pueblo. Los otros elementos son los escándalos vergonzosos sobre corrupción, el deterioro notable en los servicios a los ciudadanos y un agudizado desgaste de imagen.

Todo esto profundiza cada vez más el deseo de cambio en el pueblo.

Indiscutiblemente que estos elementos se tornan en variables muy favorables para el partido contrario más grande del país.

Sin embargo,  debe existir una oposición férrea, ácida, decidida, valiente, enérgica, entregada y dispuesta a dar el todo por el todo.

En este sentido, de Miguel Vargas Maldonado a Hipólito Mejía, yo optaría por llegó Papá.

El señor Vargas no inspira mucha confianza. Él lleva ya el estigma maldito de dos derrotas consecutivas: la presidencial (2008) y las congresuales (2010).

Es un hombre tímido en su manejo ante el público y los medios de comunicación, elementos vitales para lograr el pegue de todo líder y candidato.

Lo peor de todo es esa percepción creída en la gente de que es un gran negociador con el Estado, lo que hace pensar que está comprometido con la gestión del doctor Fernández.

Contrario a él, Hipólito Mejía se ve claramente como un candidato dispuesto a echar la pelea como tiene que echarse.

Sobre todo, no cabe la menor duda de que, una vez suelto en la gallera, será el gallo que peleará duro y firme hasta vencer al contrario.

Además, llegó Papá tiene gracejo y pegada.