La memoria

La memoria

En el período comprendido entre los años 1986-1990 tuvimos la honra de representar al Partido de la Liberación Dominicana en condición de regidor ante el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Los ingresos financieros que en forma de dieta recibía, los endosaba en un cien por ciento a la organización política liderada por Juan Bosch. De modo puntual hacía su aparición el día de cobro, a la entrada de la sede edilicia, la figura esbelta y atlética de un joven intelectual, de quien se decía había sido un brillante estudiante de derecho. Trastornos de naturaleza mental le habían obligado a abandonar la carrera universitaria. Lo asombroso del sujeto era su extraordinaria capacidad para organizar y almacenar información acerca de los principales líderes políticos de esa época, a la sazón: Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch. Parecía tener en su cerebro dos compartimientos funcionales especiales, uno en donde guardaba las virtudes, y otro que contenía los defectos de esas tres personalidades.

Siempre se mantenía actualizando y agrandando ambos espacios, así como haciendo práctica de retórica con dichas informaciones. Recuerdo que alguien del Bloque de Regidores Peledeístas debía tener en el bolsillo algún dinero para agradar al consabido pedigüeño.

Lo mismo habría de suceder con los otros dos Bloques de Regidores; ya que todos queríamos escuchar los bellos y amplios elogios que el tunante emitía en torno a nuestros máximos dirigentes, pero nadie deseaba oír la diatriba de insultos que, a modo de cañonazos, salían de la boca del exigente cobrador. A fin de proteger la identidad del personaje usaremos el pseudónimo de Fredo.

Dentro de su trastornada psiquis, aquel hombre estaba consciente de que no existe la perfección, por lo que separaba las manchas, sombras y defectos de las grandes figuras del elenco político para, a conveniencia, y a modo de chantaje, amenazar con sacarlas a relucir si no aparecía a tiempo el óbolo esperado.

Era asombroso escuchar de labios de Fredo datos históricos y anecdóticos, tanto positivos como negativos de la infancia, adolescencia y adultez de Balaguer, Peña Gómez y Bosch. Usando el retroscopio pienso que de manera intencionada alguien alimentaba la fuente casi inagotable de diatribas contenidas en el trastornado cerebro del conocido visitante del Centro de los Héroes.

Leyendo los diarios impresos, mirando los noticiarios televisivos y siguiendo las redes sociales noto la clonación del Fredo insultante en el ambiente dominicano.

La lucha en el terreno de las ideas ha desaparecido para ceder su espacio a una guerra sucia orientada a destruir individuos.

En la ciudad de Nueva York el 29 de marzo de 1883 José Martí recordaba: “Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres”.

En momentos difíciles es saludable traer al presente el ideario trinitario, restaurador, liberador y boschista. Luchemos por la educación, la salud, el empleo, la vivienda y el bienestar de nuestro pueblo como lo quiso Juan Bosch.

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