La menopausia es un hecho natural que marca el final de los años reproductivos de la mujer, ocurre cuando una mujer deja de ovular y finaliza su período menstrual.

Por lo general, ocurre alrededor de los cuarenta o cincuenta años y se relaciona con algunos cambios físicos que pueden influir en la relación con sus pares, especialmente cuando se trata de la vida sexual.

El sexo después de la menopausia no es un problema para la mayoría de las mujeres, sin embargo aparecen nuevos factores físicos que hacen que no sientan como antes  a la hora de tener relaciones sexuales. Los sudores nocturnos son una de las dificultades que se pueden enfrentar.

Algunas mujeres no pueden tolerar el contacto físico, porque su piel se siente más sensible. Por otra parte, la respuesta sexual se vuelve más lenta y para excitarse y alcanzar el orgasmo puede tomar más tiempo y será menos intenso que antes.

La pérdida de la libido, que se relaciona con una disminución de estrógeno, puede generar síntomas que pueden conducir a una disminución del interés en el sexo también.

La deficiencia de estrógenos  puede provocar sequedad vaginal, como resultado de una disminución en el suministro de sangre a la vagina.

Consecuencias.  La falta de lubricación puede reducir la excitación durante la relación sexual y aumentar la fricción, por lo que las mujeres podrían ser más propensas a sentir dolor durante las relaciones sexuales, lo que puede hacer que una mujer pierda interés en cualquier actividad sexual. Esta condición se conoce como dispareunia.

Los tejidos vaginales adelgazan por la falta de estrógenos y  disminuye el flujo sanguíneo hacia la vulva. Se necesita más tiempo para lubricar.

La incontinencia urinaria de estrés puede producirse durante el sexo o el clímax. Esto sucede porque la actividad sexual puede poner presión extra sobre el abdomen, causando que la orina se escape.

Esta incontinencia es más común después de la menopausia debido a que los tejidos alrededor de la uretra no son tan flexibles y los músculos del piso pélvico a menudo  se debilitan. Como resultado, las mujeres se sienten sucias o poco atractivas.

Un buen consejo es elegir sabiamente la posición sexual. Por ejemplo, una mujer en la parte superior puede controlar mejor sus músculos pélvicos y el estrés causado por la penetración.  Hay otros síntomas psicológicos que también afectan a la vida sexual, como el insomnio y la depresión.

Todos estos problemas generalmente se pueden curar con el asesoramiento de un médico y también con la comprensión de la pareja de la mujer. 

La solución.  La mujer debe hablar abiertamente con su pareja acerca de los efectos de la menopausia en el sexo. Incluir actividades que no están relacionados con la penetración vaginal como masajes, sexo oral o masturbación mutua también puede ayudar. Por otra parte, el lavado de la vulva con agua tibia es mejor que el uso de jabón, que puede secar e irritar la zona.

 Las cremas con estrógeno o terapia de reemplazo hormonal son otras alternativas para manejar la sequedad vaginal, pero la mujer debe consultar a su médico a fin de evaluar los riesgos. Incluso hablar con un terapeuta sexual podría ayudar a resolver sus preocupaciones respecto al sexo. 

¿Cómo diagnosticarla?

No se requiere generalmente ninguna prueba, sin embargo, en algunas mujeres que tienen menopausia, un análisis de sangre y un análisis de orina tempranos para medir los niveles del estrógeno, se hace la progesterona, y el estradiol y el estrona (parte del plasma del grupo esteroide reproductivo).

Las claves

1.  Premenopausia 

Es el período reproductivo anterior a la menopausia.

2.  Perimenopausia

 Cuando comienzan los eventos endocrinológicos, biológicos y clínicos de aproximación a la menopausia.

3.  Postmenopausia.

Es el período que se extiende desde la última menstruación en adelante.

No olvidar

Lo que no debe olvidar nunca la mujer

1. Este es un proceso biológico normal

2. Tener una dieta balanceada

3. Evitar el sobrepeso

4. Hacer ejercicio regularmente

5. No tomar ni fumar

6. Pensar positivamente