Los destacados académicos Silvio Torres-Saillant, Franklyn Franco y Celsa Albert Batista afirmaron ayer que la historia del país ha sido escrita desde una perspectiva racista, prejuiciada y con una fuerte dosis de perversidad. La columna vertebral de ese esquema es el rechazo a la negritud, así como la creación de la nacionalidad desde el antihatianismo.
Tres intelectuales dominicanos afirmaron que la historia del país ha sido escrita desde una perspectiva racista, prejuiciada, y con una fuerte dosis de perversidad.
La columna vertebral de ese esquema es el rechazo a la negritud, así como la creación de la nacionalidad desde el antihatianismo.
Silvio Torres-Saillant, Franklyn Franco y Celsa Albert Batista, quienes ofrecieron sus declaraciones en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, entienden que la historia no oficial la que destaca los aportes de la negritud en la conformación de la cultura dominicana- debe pasar del ostracismo al que ha estado sometida, a los libros de texto y a las aulas.
Torres-Saillant, director del departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Syracuse, en Nueva York, planteó que en el país ha habido una falta de reconocimiento de nuestro pasado esclavista y eso, obviamente, no se estudia en las escuelas.
Todo el conocimiento que ha sido producido en los últimos 40 años por Franco, Albert, Emilio Cordero Michel o Frank Moya Pons, que rectifican la mentira oficial que se ha utilizado para educarnos, debe ir a las aulas.
Pero como no han tenido respaldo oficial esas visiones, eso ha provocado que la mentira oficial siga vigente, y básicamente los valores que predominan son los trujillistas, a partir del eurocentrismo y del antihaitianismo.
Torres Saillant, Albert, Franco y Jean Ghasmann participan en el seminario Presencia de África en el Caribe, Las Antillas y Estados Unidos, organizado por la Fundación Global, Democracia y Desarrollo.
Origen del eurocentrismo. Cuestionado sobre los orígenes de ese racismo que se le atribuye a la historia oficial dominicana, Torres-Saillant planteó que no se trataba sólo de un asunto ideológico, sino también económico, porque los grupos dominantes no querían abolir la esclavitud -cuando ya era un hecho en otros países- porque les resultaba sumamente beneficiosa para sus intereses.
Este suelo ha estado gobernado por gente que no acepta al pueblo tal y como es, y la intelectualidad de finales del siglo XIX y principios del XX se la pasó lamentándose de nuestra composición étnica, a la que le atribuían la causa de nuestro sub desarrollo.
Racismo a la dominicana. Franco, quien es sociólogo e historiador, explicó que a diferencia de todos los pueblos de América Latina, que se independizaron de España, nosotros alcanzamos la nuestra luchando contra una nación negra, Haití.
Pero la independencia nos llega cuando el racismo, apoyado en teorías seudo científicas, cobra fuerza en el mundo.
En tal sentido precisó que el nacionalismo dominicano se cimentó en concepciones racistas antihaitianas, por lo que todos los teóricos del racismo dominicano han acentuado, para justificar su nacionalismo, la negritud del pueblo haitiano y sus vínculos con el salvajismo africano.
Y eso se ha aplicado como política de Estado desde 1844 hasta la fecha, destacó el intelectual.
Nosotros hemos elaborado un discurso liberador de procesos de enajenación que hemos sufrido, pero nuestro discurso se ha quedado a nivel universitario, y por eso el pueblo dominicano, en pleno siglo XXI, aún sea negro, se dice indio, y esa es una realidad tétrica que debemos superar.
Tanto el dictador Rafael Leonidas Trujillo como Joaquín Balaguer fortalecieron las concepciones racistas, más que todo antihaitianas, en la cultura dominicana, expresó Franco.
Sobre el particular destacó que Trujillo hizo la peor de las aberraciones, con la matanza de haitianos en 1937.
Y sobre Balaguer el historiador explicó que, en textos escritos en su juventud, ya aparecen planteamientos en contra de los haitianos, con una fuerte carga racista.
África en RD
Albert Batista, quien se ha especializado en la presencia de las étnias africanas en América, y sobre todo en República Dominicana, explicó que en el país hay mucha ignorancia con relación al tema, por la falta de profundidad en su estudio.
Enajenación
Planteó además que la presencia africana, como contenido de la historia dominicana, no se había trabajado, por lo que hay muchos profesionales que no se han formado adecuadamente, lo que provoca gran enajenación.