La mezcla de nacionalismo y medio ambiente es infernal

La mezcla de nacionalismo y medio ambiente es infernal

Muy a menudo, en República Dominicana, voces conocidas repiten que los haitianos “son depredadores por naturaleza” y algunos tontos lo creen, ignorando que la Historia, la pobreza y Francia en particular, son responsables de la situación ambiental de Haití y la frontera.

El peor del nacionalismo está integrado a la sociedad dominicana, en general. Se puede comprobar cómo en tiempos de crisis ideológicas y políticas, tiempos en los que hay gran incertidumbre sobre cuales son las mejores opiniones y formas de gobierno, la política toma como argumento legítimo la defensa de lo nacional, “lo extranjero” aquí, es casi siempre, el haitiano. La ideología nacionalista lleva implícita en su defensa la oposición hacia las otras nacionalidades; sin embargo al final es una ideología de “doble dirección”: lucha de intereses entre el estado jurídico que gobierna y el estado cultural que conforman los ciudadanos del territorio.

¡Faltaba que el nacionalismo invadiera el campo discursivo y el accionar de algunos ambientalistas del país! Resulta que el Ejército Nacional se enfrenta a carteles del carbón, utiliza el G2 frente a un enemigo de la Nación que pone trampas en los caminos, usando técnicas de la guerrilla tradicional, y el relato toma tono dramático, como si el comercio ilícito del carbón fuera una sorpresa y no se supiera. Conociendo las estadísticas sobre la pobreza en R.D. y en el Sur en particular, conociendo la profundización de tal situación, después las inundaciones del Lago Enriquillo, teniendo en mano las denuncias de los propios campesinos dominicanos de la zona, a quién sorprende que para sobrevivir en la zona fronteriza se ejerce esa práctica no deseada, dañina para la cobertura vegetal.

A los incrédulos, a los mal pensados, a los malos intencionados que relacionan los hornos de carbón con los haitianos y dominicanos. Son pobres, de ambos lados de la frontera y deben sobrevivir. La pobreza, la extrema pobreza es la única responsable de la presencia de los hornos en la zona fronteriza, provocada en parte por los robos bancarios y los desfalcos de los cuellos blancos.

Ataquen la raíz del problema y no los ramos, periodistas sensacionalistas, al servicio de causas más negras que el propio carbón.

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