La miel puede causar la muerte a menores de un año

La miel puede causar la muerte a menores de un año

Pese a que es un producto ampliamente utilizado en recién nacidos, la miel no está recomendada para niños menores de un año, ya que puede causar botulismo infantil, una grave enfermedad que afecta el sistema nervioso y puede causar parálisis o la muerte.

Esta enfermedad es provocada por la bacteria Clostridium Botulinum, “la cual en ciertas condiciones ambientales adopta forma de esporas que tienen la capacidad de multiplicarse y producir sustancias muy tóxicas para el sistema nervioso”, explica la pediatra Elyant Mendoza.

La pobre capacidad del organismo de un bebé para protegerse de ciertas bacterias, convierte a los más pequeños en los pacientes más propensos a contagiarse con botulismo. “Los niños por debajo del año poseen aun un sistema digestivo inmaduro, los ácidos gástricos y la flora intestinal no son suficientemente fuertes para brindar protección, y al ingerir la miel las esporas penetran al intestino, germinan y liberan neurotoxinas en el colon causando debilidad y parálisis”, amplía la especialista que consulta en el centro Medpediátrica, en la torre Medicalnet.

El período de incubación de la enfermedad puede durar de 3 a 30 días después de la exposición a las esporas. Dentro de los primeros síntomas que presentan los lactantes contagiados están la constipación (estreñimiento), llanto débil, pérdida de expresión facial, alimentación lenta y debilidad o flacidez general.

Pese a la evidencia científica sobre el riesgo potencial del consumo de miel en lactantes, muchos padres, e incluso escritores, insisten en suavizar la advertencia, acusándola de excesiva o basándose en el argumento de que la miel ha sido utilizada por muchas generaciones sin que se conozca un caso de botulismo en la familia.

No obstante, la postura correcta, afirma Mendoza, es apostar a la prevención. “No creo que sea un exceso de precaución el suspender un alimento de manera temporal a un lactante para evitarle una enfermedad que si bien tiene baja incidencia, puede causar una muerte repentina de no ser tratada a tiempo. El hecho de pasteurizar la miel no asegura la eliminación de las esporas, porque ellas resisten temperaturas de pasteurización; entonces, ante la imposibilidad de garantizar la ausencia total de las esporas en la miel y ante la ausencia de un método que las elimine sin perjudicar la calidad de esta, la acción más apropiada es proteger a los niños no ofreciéndoles la miel antes del año de edad”, asegura.

Agrega que además de la recomendación del médico pediatra de no administrar miel a los menores de un año, para prevenir el botulismo también se debe estimular a los organismos de salud para etiquetar dicho producto en los establecimientos comerciales, y hacer de conocimiento público esta advertencia.

¿Cuándo dar miel a los niños? La doctora recomienda introducir la miel a los niños a partir del año de edad, cuando ya tienen mayor madurez intestinal, “sobre todo después de haber recibido lactancia materna. En ese momento hay mayor producción de ácido gástrico y una flora intestinal que le brinda mayor protección”.

¿Sólo la miel puede causar botulismo? ¡No!

Bebés. Corren el riesgo de contagiars e con botulismo, una grave enfermedad

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“Las esporas del Clostridium Botulinum se encuentran en el ambiente, la tierra, el polvo, el polen, las flores, sedimento de ríos y mares, vegetales. Las abejas en el acto de libar pueden transportar las esporas hacia la colmena y de esta forma contaminan la miel.

Sin embargo, en los adultos y mayores de un año estas esporas no son capaces de germinar en el intestino y producir toxinas. Existen otras formas de enfermedad: el botulismo de las heridas (que se desarrolla cuando una herida se contamina con las esporas y estas producen toxinas) y el botulismo alimentario, (que se produce por almacenamiento incorrecto de los alimentos)”, explica la pediatra.

 

LAS CLAVES

1. Bobos
“Algunos padres tienen como costumbre endulzar las teteras o los bobos con miel para calmarlos cuando lloran, esta acción aumenta el riesgo de la enfermedad en niños menores de un año”, advierte Mendoza.

2. Higiene
Para prevenir el botulismo “debemos lavar y cocer bien las verduras. Hervir los alimentos durante 10 minutos elimina las toxinas. También desechar alimentos enlatados que estén alterados, alimentos enlatados con defectos, bordes oxidados, etc”.

3. Almacenamiento
“No guardar alimentos enlatados luego de abiertos, cambiarlos a otro recipiente plástico o de cristal”.

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