La migración haitiana hacia República Dominicana se encuentra en una situación peor que épocas atrás y se ha ido deteriorando en vez de encontrar una salida, por lo que el Estado debe avanzar en la regularización de los haitianos.
Así lo expresa el economista Miguel Ceara Hatton, coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano, quien señala que los haitianos deben ser dotados de documentos que les reconozca sus derechos humanos.
Dijo que debe definirse una política de contratación laboral de los haitianos en base a su rendimiento y no por la condición de irregularidad, ya que esto implica que se les paga menos por sus labores.
Ceara Hatton señala también que un tema que aún llama particularmente la atención es la gran cantidad de descendientes de haitianos que no son reconocidos como dominicanos, a pesar de que sí lo son por haber nacido en el país.
Apuntó que sobre esa población pesa un sesgo jurídico recogido en la Ley de Migración que estableció retroactividad para aquellos que nacieron en el país antes de ser promulgada, en el año 2004, estableciendo que si sus padres entraron de manera ilegal no son dominicanos. Además, un fallo de la Suprema Corte de Justicia que ratifica tal punto.
Ceara Hatton consideró que eso mantiene en un cierto limbo a una gran cantidad de personas a quienes se les carga el delito de sus padres de haber ingresado ilegalmente al país.
Al participar en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, Ceara Hatton refirió que en el informe Política social: capacidades y derechos se hacen una serie de sugerencias para adecentar la situación haitiana.
Citó como grandes líneas la definición y aplicación de un plan de regularización, la inclusión social de inmigrantes y descendientes, reforzamiento de controles fronterizos, políticas dirigidas a diferentes actores del tema y mejorar el sistema de información, entre otras.
Control migratorio. Sobre el tema también habló Magdalena Lizardo , directora de la Unidad Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía. Dijo que la migración haitiana implica que el país aborde con todo el rigor el control de los asentamientos y agregó que ese tema tiene implicaciones sobre la cohesión social que hay que enfrentar.
Indicó que la presencia haitiana ha ido creciendo en el país, el cual no ha podido resolver gran parte de sus problemas sociales con su población, lo que se agrava con esa nueva masa de extranjeros. Sostuvo que la reguralización debe contemplar el control y, además, la contratación de mano de obra en base a cuotas y mecanismos más formales que los actuales, para los sectores productivos que la demandan.
La regularización es importante, pero también el control de ese flujo hacia el territorio, expresó Lizardo.
Indicó que en la Estrategia Nacional de Desarrollo a 20 años hay unos planteamientos sobre el tema que señalan la necesidad de preservar los derechos de esa población.