Para el sociólogo Wilfredo Lozano, el problema de la migración haitiana hacia el país necesita de forma urgente un acuerdo político inteligente entre los diversos actores nacionales y la República de Haití.
Sostuvo que eso implica que los empresarios asuman las reglas de juego en cuanto a la contratación de la mano de obra haitiana y que el Estado tenga controles fronterizos eficaces.
No exclusión
Ahora bien, Lozano señala que previamente debe definirse un estatuto migratorio que reconozca como sujetos de derecho a los haitianos y sus descendientes que viven en territorio dominicano o de lo contrario no iremos a ningún lado.
Advirtió que mientras la sociedad dominicana sea excluyente y su rentabilidad económica y productividad funcione en base a salarios precarios, va ser atractiva como mano de obra barata. Y que mientras Haití siga siendo la nación más pobre de la región va a ser un potencial de expulsión de fuerza de trabajo, cuya posibilidad de migración es hacia la República Dominicana.
Lozano apuntó que un trabajador sin derechos es más vulnerable a la explotación, por lo que es urgente conectar un estado de derecho con política migratoria eficaz.
Con relación a los controles fronterizos, el sociólogo sostiene que debe estar a cargo de un cuerpo civil y no militar, como está en la actualidad. También planteó la necesidad de contar con un aparato legal más realista.
Responsable. Mientras que la socióloga Rosario Espinal reconoce que los procesos de asimilación migratoria son siempre muy complejos, ya que ninguna sociedad logra asimilar inmigrantes de una manera tranquila.
Destacó que lo más frecuente es que hayan tensiones, porque los inmigrantes representan otras culturas y en su mayoría son pobres, lo que siempre es un problema para países receptores. Rechazó en el caso dominicano los planteamientos de sectores nacionalistas que acusan a intelectuales dominicanos y a las ONG del problema de la migración haitiana hacia el país. Los responsables de ese flujo migratorio desordenado y grande de haitianos hacia la República Dominicana son el Gobierno, que no asegura la frontera, y los empresarios que en gran número demandan una mano de obra dócil y de bajo salario, dijo.
Subrayó que le toca al Estado poner orden en el flujo migratorio, si no se acumulan los problemas, porque la migración de personas pobres significa un desafío para cualquier sociedad, ya que aunque aporten mano de obra barata, van a necesitar una serie de servicios que desbordan la capacidad del propio Estado.
Los sociólogos Lozano y Rosario hablaron del tema durante el almuerzo del Grupo Corripio.
Las frases
Wilfredo Lozano
Se debe crear una base institucional razonable, realista y además generar políticas fronterizas eficaces y eficientes, ya que los actuales controles en la frontera son muy precarios
Rosario Espinal
El Gobierno dominicano debe dejar la irresponsabilidad de lado con respecto al tema migratorio; debe asumir controles y adecentar el problema
Una Constitución atrasada como si fuera del siglo 17
El politólogo Pedro Catrain considera que la reforma constitucional que se cursa en el país, lejos de transformar la Carta Magna en progresista y actualizada a los nuevos tiempos, la convertirá en un marco legal e institucional atrasado, sobre todo en los aspectos del aborto, el tema migratorio y el Estado laico. Leonel Fernández quiso hacer la Constitución del siglo XXI y terminó haciendo la Constitución del siglo XVII, manifestó Catrain.
Sostuvo que incluso el proyecto de reforma sometido por Fernández tuvo que ser abortado por el pacto entre éste y Miguel Vargas Maldonado, porque dentro de ese proceso el Presidente no tenía un liderazgo político para imponer su voluntad. Agregó, además, que el mandatario tuvo que deponer su intento de continuidad de poder.
Con relación al Estado laico, Catrain destacó que la encuesta Gallup-HOY reflejó que la mayoría de la población no quiere que el Estado tenga una religión, además que el catolicismo ha sido desplazado por nuevas religiones que han integrado al ciudadano de a pie y que ahora representan cerca del 40% de los religiosos. Citó también que hay un grupo importante que no practica ninguna fe.
Mientras que la socióloga Rosario Espinal cree que en el caso de la migración, la reforma constitucional crea una especie de apartheid, porque imposibilita a miles y miles de personas que han nacido y vivido en el país obtener una nacionalidad. Otro punto que ha significado un retraso, según Rosario, es en lo relativo al sistema financiero y la independencia del Banco Central. Dijo que las pocas propuestas progresistas del proyecto original han sido rechazadas por la Asamblea Revisora.