POR MARGARITA QUIROZ
La crisis de migraña más severa que puede sufrir una mujer, por lo general, se presenta el día del primer sangrado menstrual, producto de la disminución de los estrógenos, progesterona, prolactina, opiáceos, vitaminas y la disfunción plaquetaria. Esto sale a relucir a través de un estudio médico realizado en mujeres productivas y del cual el neurólogo José Silié Ruiz hace acopio en su libro Temas Neurológicos: Migrañas, Derrames, Alzheimer y Parkinson.
En su obra el especialista explica que para los neurólogos es vital que la paciente tenga un registro claro de qué realmente pasa antes, durante y después de su ciclo, para de manera objetiva poder valorar la crisis, llevando un registro escrito de por lo menos tres meses.
De esta forma el especialista, explica el autor, puede tener una idea exacta sobre qué realmente pasa en esos días difíciles.
Fuera de lo planteado, Silié explica que es todavía un misterio para los especialistas del área la asociación del estrés, los aspectos hormonales, luces brillantes y algunos alimentos como elementos que originan los ataques de migraña.
En este sentido, los alimentos ricos en tiramina y nitratos como el queso, chocolate, tomate, soya, calditos de pollo, vainitas, conservas, habichuelas, vino rojo y champaña son enemigos de la persona que sufre de migraña y por ende deben ser evitados en lo posible.
Los anticonceptivos, por razones de tipo hormonales, participan en muchos casos como causantes de la cefalea migrañosa.
MENOPAUSIA
En estos casos hay una gran variabilidad en muchas pacientes que han padecido severas migrañas en sus período menstrual, debido a que durante la menopausia se registra una gran mejora en la frecuencia de los ataques.
Las terapias de reemplazo hormonal obligatoria en algunos casos pueden ser un elemento adverso en la frecuencia e intensidad de los eventos migrañosos.
La migraña como identidad médica ha estado presente desde el inicio de la humanidad y de hecho acompañada de muchos conceptos errados. Se trata de un ataque de dolor de cabeza usualmente unilateral, que dura de unas cuatro a 72 horas, acompañada de náuseas, vómitos, rechazo de la luz y los sonidos y que dificulta el desenvolvimiento normal de las personas.