La misión de hacer un gobierno de gerencia, es algo que viene reclamando la sociedad. La oportunidad para que este reclamo se cumpla caerá en Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno, una vez logren asumir al poder.

Hacer un gobierno en esta categoría no es una tarea fácil, pero en la crítica situación en que se encuentra el país amerita de urgencia, a toda costa, reinventar el Estado, comenzar a ejecutar un modelo de gestión pública fundamentado en las prácticas, técnicas, herramientas y políticas de gerencia moderna.

La debilidad institucional, administrativa de autoridad, es inaguantable. La sociedad exige de un nuevo estilo de gobierno, que no sea personalista, presidencialista ni partidita, sino un estilo integral y participativo, no excluyente a ninguna clase social, partidaria ni individual.

Debe ser prioridad de Luis Abinader y el PRM, una vez en el poder, desarrollar una nueva cultura de servidores públicos, con acciones y decisiones que conciencie a los funcionarios, ministros, gerentes públicos a asumir con responsabilidad sus funciones, demostrando eficiencia, eficacia, productividad en su desempeño.

Cambiar radicalmente el actual modelo de gobernar es inaplazable. Se tendrá un Estado de bienestar con visión de mejoras continuas de los procesos institucionales y administrativos; donde se tomara en cuenta las capacidades de sus recursos humanos, los cuales serán remunerados dignamente.

Será una obligación para el gobierno del PRM hacer lo que nunca se ha hecho, implementar un gobierno de gerencia donde predomine el cumplimiento responsable de sus autoridades; la capacidad resolutivas de los servidores a los problemas fundamentales de la sociedad

Iniciar un gobierno paradigmático en honestidad, moralidad y ética gerencial que sea asumido y valorado como sin igual por las presentes y futuras generaciones que serán las autoridades gobernantes del mañana.

Una gestión gerencial comprometida con la transparencia, la distribución real de la riqueza, en donde los ciudadanos y ciudadanas tendrán confianza en que los recursos públicos serán invertidos en sus beneficios y en la colectividad nacional.