La misma reelección

La misma reelección

Aunque se disfrace de maíz, para que la piquen los pollos, o de aguinaldo navideño, para que todo el mundo la baile y la goce a ritmo de villancicos, la reelección siempre es la misma. Como son también los mismos, aunque tengan caras distintas y distinto pelambre político, sus promotores y corifeos. Por eso resultan tan familiares los argumentos que utilizan para justificar que un Presidente de la República tenga que “seguir a caballo”, y por eso sigue siendo este noble y sufrido pueblo, su voluntad de seguir beneficiándose “del mejor gobierno que ha tenido el país en las últimas décadas”, el parapeto detrás del cual se ocultan los titiriteros que acarrean de aquí para allá la comparsa reeleccionista y su repertorio de consignas. Precisamente las mismas comparsas que, de un tiempo a esta parte, persiguen como una sombra al presidente Medina a donde quiera que va para pedirle “de corazón” que acepte la reelección, peticiones “espontáneas” que si se fijan bien no son muy distintas a las que, en su momento, acariciaron los oídos de los entonces presidentes Leonel Fernández Reyna y el ingeniero Hipólito Mejía, a quien esos engañosos cantos de sirena —vale la pena recordarlo en estos momentos– le extraviaron el rumbo del Palacio Nacional hasta el sol de hoy. Y aunque el altísimo nivel de aceptación popular de que goza el presidente Medina constituye una tentación difícil de resistir no obstante el impedimento constitucional, tan difícil de sortear en las presentes circunstancias, hay que confiar en que el mandatario sabrá decir que no a los que quieren convencerle de que renuncie a ser un político diferente y haga lo que siempre se ha hecho: tratar a la Constitución de la República como si fuera un simple pedazo de papel.

Publicaciones Relacionadas