La moda colombiana frente a los grandes retos que plantea el planeta

La moda colombiana frente a los grandes retos que plantea el planeta

EFE. Reportajes. La necesidad de proteger el planeta, la voluntad de reconectar con los sentimientos y el gusto por la diversión, es decir, las ganas de cambiar el mundo desde el compromiso y las relaciones humanas, son la respuesta de la moda de Colombia a los grandes retos que plantea este 2011.

Para la diseñadora y directora del Laboratorio de Inexmoda, la colombiana Martha Cálad, las tendencias siempre reflejan las inquietudes y las necesidades existentes en la sociedad,  las cuales dependen fundamentalmente de las circunstancias que la rodean.

Para saber cuáles son esas actitudes, el Instituto Nacional para la Exportación y la Moda (Inexmoda) de Colombia analiza cada año, a lo largo y ancho del mundo, los comportamientos de los consumidores, los catálogos de las grandes marcas y  manifestaciones culturales como el arte, el cine o la música.

Nueva tendencia. Durante Colombiatex, la feria textil y de moda celebrada en la ciudad de Medellín hace unos días, Inexmoda dejó claro que las actitudes que marcarán el segundo semestre de 2011 son las que reaccionan a los desafíos que plantean el cambio climático, el desempleo generado por la crisis económica, el enfriamiento de las relaciones sociales y la sensación de que, ante esta coyuntura, lo que vale es disfrutar.

Globalmente, una buena parte de los consumidores desea cambiar el estado de las cosas y, bajo la bandera del “no podemos seguir pasivos”, su forma de vestir adopta una actitud contestataria, que se refleja en vestuarios con grandes influencias del “punk” y del rock, en los colores negros, densos y oscuros, asegura a Efe-Reportajes, la diseñadora colombiana.

Preservación del ambiente

La preocupación por el medio ambiente ocupa parte de la agenda de los diseñadores, pero no tanto desde la imagen hippie que inundó las calles en décadas anteriores, sino desde la idea de que se debe “reconciliar lo industrial con lo campestre”. Para  ello, la diseñadora  recomienda el uso de fibras sintéticas fabricadas con procesos amigables con el ser humano y el entorno natural, como telas elaboradas con  plástico reciclado o tejidos orgánicos.

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