Hay un país en el mundo donde está a punto de iniciarse la segunda línea de un Metro, pero 30 de cada mil niños nacidos vivos mueren antes de cumplir el año, lo que representa una de las tasas más altas de la región.
Peor aún, para los que creen en el espejismo de que este es un pequeño paraíso, (con tanto lujo injustificable económicamente cualquiera lo diría), sepan que el 35% de los recién nacidos que fallecen es a causa de asepsia, una infección que se contrae por falta de higiene durante el parto. Partos que, en el 98% de los casos, se realizan en hospitales, una realidad envidiable por muchos de los países vecinos.
Esa realidad, contada con el drama de quienes trabajan por los niños de este país, como la Coalición de ONG por la Infancia, Visión Mundial y la Unicef, dejó sin aire a algunos chicos ácidos que, por eso y otras truculencias criollas, entienden que este es un Estado fallido.
Y si quieren más señales de la indiferencia del Estado hacia los problemas de la infancia, lean esta delicia: el Gobierno tiene grandes, inmensos atrasos con la subvención que le entrega a las ong, tanto, que Gruloos-Ackerman no se atrevió a decir a cuánto asciende la deuda con esa entidad.
Claudio Doñé, de Visión Mundial, se quedó calladito, pero Estibaliz Ladrón de Guevara, de la Coalición de Ong por la Infancia, reveló que desde abril de este año no le entregan la partida de RD$14,000 consignada en el Presupuesto.
La clave
Demasiado cuidadosa
Sorprendió a los chicos ácidos las artes de la evasión aplicadas por Francoise Gruloos-Ackemans, de Unicef, cuando se le preguntó su parecer sobre el embarazo en adolescentes, los métodos anticonceptivos y la Iglesia. Se limitó a decir que lo importante es la prevención.