La mosca del mediterráneo

La mosca del mediterráneo

Se afirma que “este es un país muy especial” y en realidad tienen razón los que definen así a nuestro país. Lo malo es que sea especial en todo. Si tenemos problemas migratorios, desde el extranjero nos caen encima; si nos llegan plagas que nos impiden exportar los productos afectados y si circulamos por la ciudad de Santo Domingo, los tapones son interminables. A final de cuentas, nos caen imprevistos de vez en cuando que no podemos evitar.

La mosca del mediterráneo, insecto convertido en plaga que afecta los frutales y los vegetales, se acaba de detectar en el aeropuerto de Punta Cana, en el Este del país, lo más probable por una falla de los inspectores del Ministerio de Agricultura, encargados de vigilar la sanidad vegetal en nuestros puertos, aeropuertos y frontera. Esto ha traído como consecuencia que 18 productos del agro no pueden ser exportados a los Estados Unidos de América, causando millones de dólares en pérdidas a esforzados cultivadores.

Una máxima aconseja “es mejor remediar que tener que lamentar”, justo lo que está pasando en estos momentos. ¿Cómo entran en nuestro país las plagas? Por desidia y muchas veces falta de equipos e incapacidad de los técnicos llamados a prevenir la entrada de productos susceptibles de traer microorganismos como fue el caso de esta mosca del mediterráneo la cual vino incubada en unos mangos que descuidadamente dejaron pasar a un pasajero por la terminal aérea de Punta Cana, lo que ha redundado en una emergencia mayor, la cual ha sido afrontada por el Ministerio de Agricultura, acudiendo a los Estados Unidos de América que ha enviado entomólogos y especialistas del Departamento de Agricultura de ese país. Pero el mal ya está hecho y debemos afrontarlo con rapidez y que incluye tecnología avanzada en materia de casos catastróficos.

Por la apatía del Ministro de Agricultura de turno el cual cuando se detectó la roya del cafeto (hermilia vastratix) por la parte Sur del país, hoy la caficultura está en desbandada al extremo que nos hemos convertido en grandes importadores de café robusta para ligarlo con el poco arábico que se ha podido salvar por árboles resistentes a la roya.

Descuidos hicieron posible la entrada de la broca, insecto que penetrando en la baya del café, lo consume hasta el extremo de quedar el globo de los granos de café, o vacío o dañados lo cual constituye un defecto y el café así brocado, tiene un gran descuento en el precio de venta.

En el banano, plátano y rulo nos cayó la sigatoka negra, enfermedad que disminuye ostensiblemente la cantidad de racimos producidos en una plantación, acarreando graves pérdidas en los destinados a la exportación, ya que no cumplen con los requisitos especificados como “calidad exportable”.

Las naranjas, limones y limas, aparte de la denominada “tristeza de los cítricos”, la mosquita blanca que marchita las hojas, ahora nos llegó la peor denominada huanglongbing, insecto que penetra el árbol y paulatinamente se va secando hasta que acaba de morirse, causando un gasto extra al cultivador, ya que tiene que remover troncos y ramos del árbol.

Ha sido una constante en nuestro país que cada cierto tiempo se descubra o nos azote una plaga, que generalmente afectan productos agropecuarios, como lo ha sido el amarillo letal de los cocos. Deseo no seguir enumerando más plagas y enfermedades, no vaya a ser que nos convertimos en pájaro de mal agüero y nos caiga un maleficio mayor que hasta los que ahora no han venido, la mayoría de fuera, por lo cual exhortamos al Ministerio de Agricultura ejercer mayor control fitosanitario en puertos, aeropuertos y frontera, en donde como consecuencia de la mosca del mediterráneo, Haití ha prohibido la importación de frutas y vegetales de República Dominicana, esperando que esto no se constituya en otro motivo de fricción.

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