A pesar de los avances socieconómicos alcanzados por la mujer en los últimos 50 años, en el aspecto laboral sigue relegada con respecto al hombre. Esta situación continúa siendo un reto por superar.
Así lo afirmó la socióloga Milka Cuello al analizar el tema durante el seminario Era de Trujillo 50 años después: Balance de la transición democrática en la República Dominicana realizado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Señaló que a lo largo de estos 50 años, tras el ajusticiamiento de Trujillo ha habido cambios en el orden institucional que han sido favorables para la inserción de la mujer en áreas que tradicionalmente le eran vedadas.
Trujillo y Balaguer. Explicó que si bien durante los gobiernos de Rafael L. Trujillo y Joaquín Balaguer hubo una intervención del sexo femenino, no fue basado en un estado de derecho o sobre una base de igualdad y equidad, sino como instrumento de coerción.
Analfabetismo. Indicó que en el período 1960-70 el nivel de instrucción educativa era relativo entre ambos sexos, pero a partir de la década de los 80 y hasta el 2005 se incrementó progresivamente a favor del sexo femenino.
Agregó que de acuerdo con estimaciones de la Unesco, entre 1960-70 la tasa de analfabetismo en República Dominicana mantuvo una trayectoria descendente ligera que redujo los márgenes de diferencia entre mujeres y hombres, pero con caídas más pronunciadas en las primeras.
Dijo que para entonces la tasa de analfabetismo en la mujer pasó de 35.5% a 11.2%; la del hombre, de 33% a 12%. En cuanto a la instrucción, mientras en el período 1960-70 hubo mayor presencia relativa del sexo masculino (71.33% vs. 72.07%), de 1980 en adelante cambia a favor del femenino (77.67% vs 78.66%)
Educación superior. Cuello resaltó que entre 1960 y 1980, en educación superior el nivel educativo de las mujeres llegó a equipararse con el de los hombres, en términos cuantitativos.
En ese período la matrícula femenina aumenta de 39 por ciento a 58 por ciento en cinco de las principales universidades dominicanas, pero se limita a carreras tradicionalmente femeninas, como la pedagogía, farmacia, enfermería y otras.
Agregó que a partir del 1985 hay una ligera presencia de mujeres en carreras masculinas, y para el 2005 una mayor diversificación de éstas en otras áreas o carreras universitarias, entre ellas la informática.
Para esa época, las mujeres crecieron en profesiones no tradicionales, como medicina, ingeniería civil y química; educación y pedagogía, y permanecieron igual en enfermería.
Inserción laboral. La licenciada Cuello afirmó que a raíz de la expansión de las zonas francas a finales de los años 90 se produjo una mayor demanda del sector industrial, lo que incidió en una mayor inserción de la mujer en la educación superior a nivel técnico profesional, y en consecuencia, a áreas productivas de menor remuneración, bajas condiciones y marginalidad.
Agregó que luego se produjo una primacía de la mujer en las ocupaciones en el sector privado, es decir, como empleada privada.
Dijo que en la actualidad en el escenario público aparecen ocupaciones tradicionales, emergentes, donde se reproduce la discriminación e inequidad no solamente en el tema de la ocupación, sino en el salario y la naturaleza de la ocupación.
Los estudiosos del tema manifiestan que la segregación se manifiesta en el ámbito de reproducción social.
La frase
Milka Cuello
La estructura laboral excluye a hombres y mujeres; pero en lo que tiene que ver con un empleo de calidad, a la mujer. Hay unas pugnas económicas y culturales que conllevan a que la mujer ocupe puestos diferenciados y en condiciones adversas.