A pasos firmes y perceptibles, la mujer ha ido  conquistando aquellas posiciones y espacios que por discriminación irracional  le han sido negados. Hoy es difícil concebir una actividad sin el concurso de la mujer, y lo demuestra su presencia en las nóminas del aparato económico, el  comercio,  cuerpos castrenses y policial, en profesiones y deportes. La presencia de la mujer en las matrículas universitaria y de escuelas técnicas revela su  gran dinamismo social.

Sin embargo, persisten en muchas partes del mundo formas de discriminación de género que resultan intolerables en estos tiempos. En algunos países todavía hay posiciones y cargos reservados a los hombres, a pesar de que la mujer ha demostrado sobrada destreza para desempeñarlo. La discriminación de género tiene todavía manifestaciones irracionales.

En nuestro medio en particular, hay un elemento de perturbación que no puede ser pasado por alto un Día Internacional de la Mujer. La frecuencia del feminicidio, como crimen de género, tiene ribetes desgarradores y alarmantes. Más de una veintena de mujeres han sido asesinadas en lo que va de año. Hay mucho que hacer para desterrar esta conducta. En este día felicitamos a la mujer, su esfuerzo y avance, su tenacidad para conquistar lo que por naturaleza le pertenece.

Una lección de  real civismo

Las fricciones en la cúpula del PRD recibieron un fuerte revés con el comportamiento cívico de las bases de la organización, que acudieron unidas y en orden a escoger su candidato presidencial.

La lección fue reforzada por el excelente trabajo de una comisión organizadora integrada por personas de reconocida integridad moral, de las que todos esperábamos limpieza y transparencia.

Falta ahora que el comportamiento de las bases sea imitado por la cúpula. En una competencia como la que ha tenido efecto en el PRD, alguien conquista el triunfo, y debería conquistarlo para todos, no para una parte.

Si ha habido derrota, como tal, ha sido la sufrida por la  tozudez, que pretende arrojar dudas sobre el trabajo realizado. Congratulamos a las bases perredeístas y a la comisión organizadora por esta lección de auténtico civismo.