La muleta de la economía  dominicana

La muleta de la economía  dominicana

El Fondo Monetario Internacional se ha convertido en los últimos años en la muleta o punto de sostenimiento de la economía dominicana. Desde 1982 se ha necesitado, de manera cíclica y recurrente, de su asistencia, de sus consejos, de sus orientaciones, de sus recursos financieros y, digámoslo con claridad, de su disciplina.

Hay en el país especialistas en economía que dicen que sin la ayuda y la disciplina del Fondo Monetario, el vigoroso crecimiento económico de los últimos años no hubiera sido posible. Algunos dirigentes empresariales participan de ese juicio. Otros economistas, menos creídos, piensan que nuestros Gobiernos hacen y deshacen todo lo que quieren con el gasto público, sobre todo en los períodos cercanos a las elecciones, porque saben que contarán con la mano amiga del FMI. Funciona la lógica tercermundista del poder: hágase todo cuanto tenga que hacerse para mantenerse o “subirse en el palo”, que después hablamos.

Los políticos nunca aceptarán estas observaciones. Siempre tendrán la retórica justificadora a su servicio. Y, a decir verdad, siempre hay un argumento posible, un razonamiento a la mano, una ráfaga de sustantivos, verbos y adjetivos.

A la economía dominicana le ha faltado estabilidad fiscal en el largo plazo, en los impuestos y en el gasto público. Le ha faltado una política clara de subsidios, sobre todo de subsidios sectoriales. Le han faltado planes y proyectos a largo plazo, disminución del voluntarismo gobernante y una agenda en función de los problemas reales de los ciudadanos y ciudadanas. Lamentablemente, la muleta que ha sido el Fondo Monetario Internacional sólo sirve para promover y obligar a una “estabilidad fiscal”.  Se comprende entonces que, obligados a escoger entre la inestabilidad post electoral y la disciplina  del Fondo Monetario Internacional, todos aplaudamos y demos la bienvenida a los nuevos acuerdos con el FMI.  

 

Un préstamo conveniente

Es muy válida la petición que el Ministro de Hacienda hizo al Congreso Nacional para que apruebe el préstamo contingente por US$100 millones que el Banco Interamericano de Desarrollo concedió al país. Se trata de un crédito contingente para desembolsarlo en caso de catástrofes. El buen juicio aconseja la previsión. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas