La muñeca de cera (1 de 2)

La muñeca de cera (1 de 2)

DIÓGENES VALDEZ
Stefan Ilich, personaje de uno de los cuentos de Máximo Gorki, nos dice en determinado momento, lo siguiente: El Diablo no existe. El Diablo es una invención de los hombres para justificar nuestras torpezas y también en interés de Dios, de no agraviarle. El personaje de Gorki perece querer decirnos, que el Diablo es una invención de nuestras mente, debido a la tendencia humana de achacarle a otros nuestra propia maldad. Para Stefan Ilich, Satán es algo irreal, y no es por tanto, la fuente donde se origina el mal. Lógico es pensar entonces, que el mal procede de Dios.

A partir de este supuesto se puede entender que Stefan Ilich termine diciendo, que el Diablo, además de una justificación de nuestra propia torpeza, sirve también para no achacarle a Dios las cosas malas.

El mensaje del cuento de Gorki tiene un gran parecido con el argumento de La muñeca de cera, del escritor dominicano José Goudy Pratt, del que se puede decir, que es uno de los más finos y bellos cuentos de todos los que se han escrito en nuestro país.

Un diálogo imaginario con el Diablo -en el cuento de Goudy Pratt-, y que en verdad no es más que un monólogo que preludia a la locura, se desarrolla en la forma siguiente:

-¿Eres católico?- y el Diablo responde.- Soy un Diablo como Dios: universal, soy un Diablo nietzscheano.

Estoy más cerca de Dios que tú. Y por otro lado, más cerca de ti que de Dios.

Goudy Pratt nos revela la forma en que se establecen dichas proximidades, por lo que más adelante, tendremos la oportunidad de fantasear con el texto de este excelente narrador. Mientras tanto veamos algunas consideraciones.

Al preguntársele al Diablo si es católico, él no responde positiva ni negativamente y se limita a dar ciertas explicaciones diciendo que es “un Diablo como Dios: universal”, lo que hace que su respuesta sea afirmativa. Por otro lado, se nos ofrece la posibilidad de saber cuán próximo está de Dios y del hombre, el desterrado Angel de la Luz. Posiblemente, con plena conciencia, el autor, a través de uno de los personajes de su cuento (el Diablo), hace el mismo razonamiento que Stefan Ilich. En el texto de Goudy Pratt el diablo sólo existe en la mente del personaje central. Mientras que en el de Gorki Stefan Ilich testimonia, que el Diablo es una invención de nuestra razón maligna. Mientras que en el cuento de Goudy Pratt, éste es una invención de la mente maligna del Hombre.

Dicho de otra manera, el mal procede siempre de la mente salvada del ser humano. El autor dominicano, a través de su personaje, llega al extremo de confesar que no cree en el Diablo, “por lo menos en el Diablo de carne y hueso”.

Uno de los pasajes verdaderamente estremecedores de La muñeca de cera, es cuando el Diablo dice:

-Si Dios no creó y está dentro de nosotros….

Aquí el Diablo hace una pausa y hasta pide excusas en francés, cambiando la palabra “Nosotros” por la de “ustedes”, arrepintiéndose de lo antes dicho, como si hubiese cometido una terrible indiscreción. Esto mortifica al personaje innominado del cuento, quien a su vez lo interroga en la forma siguiente:

-¿Quiero saber por qué crees que Dios no está dentro de ti?

Sabiamente, el Diablo se encarga de dejar flotando la duda que él mismo acaba de introducir, cuando responde:

– Esto no lo quiero discutir contigo. Estaría bien que el Diablo se pusiera a discutir necedades acerca de sí mismo.

Recordemos que momentos antes, el Diablo le ha dicho al anónimo personaje, lo siguiente:

-(…) estoy más cerca de Dios que tú, y por otra parte, más cerca de ti que Dios. Si Satanás da por sentado que Dios está dentro de los hombres, ¿cómo es posible que diga entonces que él está más cerca de Dios, que ese hombre a quien le acaba de revelar que lleva adentro al supremo Creador? Esto sólo sería posible si Dios y el Diablo fuesen la misma persona.

En el cuento de Gorki se colige que Dios y el Diablo son una misma entidad. Ahora bien, si aún no siendo consubstancial con su Creador, el Diablo está más cerca de Dios “que el hombre que lo lleva dentro”, en la narración del escritor dominicano, tal proximidad sólo podría suceder si Dios y el Diablo fuesen las caras de una misma medalla; como si fuesen hermanos siameses. En suma, en el cuento de Goudy Pratt hay una manifiesta intención del Diablo, de querer identificarse con Dios.

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