La muñeca de cera (2 de 2)

La muñeca de cera (2 de 2)

DIÓGENES VALDEZ
Hay algo en La muñeca de cera, de José Goudy Pratt, que recuerda el Génesis, en el instante mismo en que Jehová modela con barro virginal, la figura del hombre y le insufla su aliento, dándole vida a la inerte materia. El personaje de Goudy Pratt, modelada la figura de una mujer, y en vez de barro, utiliza una materia más pura: la cera. El soplo humano será ahora lo que le dará vida a la figura femenina, solamente para que pueda morir. Al fin y al cabo, Jehová (el escultor del primer hombre) y el escultor de La muñeca de cera tienen una única finalidad: dar vida para que sus criaturas puedan finalmente morir.

Aunque al principio la figura de cera es comenzada por el personaje sin nombre, resulta altamente simbólico que sea el Diablo quien le dé los toques finales.

En el cuento del dominicano todo sucede igual que en el Génesis, pero a la inversa. Hay en su trabajo algunos diálogos de una claridad meridiana, sin posibilidad de malas interpretaciones, y antes que nada, deja establecidas ciertas similitudes entre Dios y su Satanás. Veamos:

-No es extraño que un hombre ponga alguna vez en entredicho la «perfección imaginada» por Dios.

Adviértase el valor absoluto de las palabras. El Diablo no habla de «perfección» real creada por Dios, sino de una «imaginada». Más adelante, cuando Satán se dispone a terminar con sus manos la muñeca de cera, teniendo de modelo a Carolina, novia del protagonista del cuento. El Diablo, que ha adoptado el nombre de Fermín, suelta una risita burlona y de manera sibilina acota:

Sin la ayuda de Dios, o sin la del mismo Diablo, no hubieras llevado ésto hasta el final.

Esta última frase no deja duda alguna de que las intenciones de Fermín son, que se le confunda con Dios, y como para llegar al más lejano de los extremos, agrega:

-Si es así, no estará mal que uno utilice de vez en cuando su porción divina y supla oficiosamente lo que se le quedó inconcluso a Natura.

Y ya no hay posibilidad para especular, porque todo, repentinamente se torna de una claridad meridiana. La tesis de La muñeca de cera trata de un Génesis a la inversa, escrito por el Diablo.

Veamos el final:

Después de haber dado los toques definitivos a la figura de cera, el personaje sin nombre exclama:

-Es cierto. Está terminada.

-Amigo mío-, dijo el Diablo-, No está terminada. No tiene usted imaginación. Falta lo principal. Tiene usted que soplar en ella. Infúndale vida. Su beso la despertará.

Conclusión:

En el cuento, Goudy Pratt establece que no hay diferencias entre el Diablo, Dios, y el Hombre. Y que tal vez como en el cuento de Gorki, toman validez las palabras de Stefan Illicht cuando dice que: El Diablo no existe. El Diablo es una invención de los hombres para justificar nuestras torpezas y también en interés de Dios, de no agraviarle.

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