La música navideña

La música navideña

POR EDGAR REYES TEJEDA
Sin pretender ni por asomo, zambullirme en los intrincados recovecos de un análisis serio y profundo, sino tan solo intentando una exploración a simple oído de la lírica de la música navideña se percata uno de que siendo su propósito esencial suscitar emociones festivas y estimular la alegría inherente a esta época, contiene sin embargo fuerte presencia de evocaciones tristes, nostálgicas y hasta depresivas.

Eligiendo al azar algunos fragmentos intentaré mostrar la certeza de lo arriba expresado: canciones pascuales tan significativas como «A las arandelas», se hace alusión al hambre reprimida del compositor popular quien dice: «allá adentro veo un bulto tapao, no sé si será un lechón asao».

Más adelante la referida cancioncita hace alusión al desamparo al lamentarse «ábranme la puerta que estoy en la calle y dirá la gente que esto es un desaire». En esa misma línea de queja la tradicional canción navideña de Puerto Rico acentúa «ábranme la puerta que ya son las tres y yo no he tomado ni un trago de café».

Los compositores boricuas se llevan la palma en los aspectos desagradables de la lírica pascual, lo cual se constata recordando los siguientes fragmentos: «a las dos de la mañana nos comimos un sopón y se nos pegó un dolor…»

O aquellos versos sarcásticos parecidos tanto al humor negro en que se describe el sacrificio Navideño de los desgraciados cerditos «a ese pobre lechón que murió de repente con un tajo en la frente y otro en el corazón. Lo metieron al horno, lo sacaron caliente, le metieron el diente, a ese pobre lechón».

En donde se incrementan las alusiones lacrimógenas referentes a la Navidad es en la balada y el bolero, tómese como botón de muestra los siguientes estribillos:

«Feliz Navidad estés
donde estés
esta noche de paz
para todos es nuestra también…»

«Cuando vuelva diciembre mi amor
volverás como la Navidad
y la dicha de verte a mi lado
llenará mi mesa de felicidad»
«Amante, eterna amante mía
para Navidad, espero que
estarás
conmigo para Navidad…»

«La brisa de Diciembre me hace
recordar el día en que comenzó
mi amarga soledad, cuando me clavaste
en una cruz, cuando solo me dejaste tú…»

Para no extender por cuestiones de espacio y de mala memoria esta prolongada cita de fragmentos, concluyo con la desgarrante canción que nos llega del pasado en la voz de Amalia Mendoza, la cual demanda con un inevitable ademán melodramático:

«Diciembre me gustó pa´ que te vayas
que sea tu cruel adiós
mi Navidad
no quiero comenzar el año nuevo
con este mismo amor
que me hace tanto mal…»

En cualquier caso enero y su propuesta de renacimiento y cambio es una buena oportunidad para secarse las lágrimas y corear el estribillo de la salsa reciente que dice «me voy a regalar en esta Navidad, un cariño nuevo».

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