Todos los amantes de la música sabemos que al escucharla recibimos en nuestros cerebros un grato placer, eso es debido a la secreción de dopamina. Este es uno de los neurotransmisores de la felicidad, de la gratificación, esa que se produce al interactuar con gratas compañías, el sexo, las compras, las buenas comidas, el consumo de drogas, en fin, todas esas acciones humanas que dan placer. En el 1978 Roy Wise, entonces en la Universidad de la Concordia en Quebec, publicó una de esas investigaciones trascendentes sobre la dopamina con grandes aportes en su momento acerca de los efectos placenteros de ese neurotransmisor.
A principios de mes, en los salones de la Academia de Ciencias, el señor Alejandro José talentoso musicólogo, nos brindó una conferencia sobre Psicosonia, es una técnica de programación cognitiva con la técnica de Psicosonia. Esto consiste en una grabación científico-musical diseñada para usted, es decir es algo personalizado. Contiene sonidos de la naturaleza, música muy relajante y sonidos calibrados científicamente para armonizar ambos hemisferios cerebrales, tiene los propósitos de incidir en la autoestima, salud, productividad prosperidad, relaciones interpersonales y numerosos aspectos en diferentes enfermedades desde el estrés, el Alzheimer, los traumas, los derrames cerebrales, estados de coma, etc.
Escuchar música no solo es lo auditivo y emocional, también es motora: “Nosotros escuchamos la música también con nuestros músculos”, escribió Nietzsche. Le damos espacio cerebral a la música aun lo hagamos de manera inconsciente, se nos reflejará en nuestros rostros y posturas, pues las melodías cuales sean provocan sensaciones gratas. Sabemos que la percepción de la música ocurre en la “mente”. La imaginación para la música, aun en personas relativamente no musicales, tiende a producir un encanto, una verdadera sensación placentera, no solo por el tono sino por igual por su ritmo y su tiempo. La memoria musical es para toda la vida, se escarcha en nuestras neuronas para siempre. Ahora bien, nos preguntamos: qué tanto esto es dado como consecuencia de la música misma o es el producto de la evolución humana.?
Nos correspondió el alto honor de presentar esa noche al expositor, por nuestra condición de presidir la Comisión de Salud de la Academia de Ciencias. El Sr. Alejandro José es un compositor, investigador, científico y educador dominicano, que se ha empeñado en una labor de investigación en el país, Puerto Rico y Estados Unidos, sobre los diversos usos de la música, acción iniciada en el 1978, explorando los campos de la sonoterapia, musicoterapia, psicoacústica, medicina energética y la psiconeuroinmunología, para aportar a la mejoría de los pacientes a través de diferentes vertientes de la música. La talentosa Lic. Eleonor Grimaldi Silié, quien preside la Comisión de Educación de la prestigiosa Academia de Ciencias del país, hizo el sumario de la enjundiosa y demostrativa conferencia del investigador. La prima Eleonor señaló que desde la antigüedad la música ha sido usada desde los primeros médicos del mundo, el egipcio Imhotep recomendó la música como medio de propiciar la fertilidad en las mujeres.
La música para mí ha tenido un espacio especial, soy un empedernido melómano, al estar escuchando la ilustrativa conferencia esa solemne noche, cerré mis ojos y me volví a trasmutar al Instituto de Neurología de Londres, donde leí en su biblioteca la obra de uno de mis distinguidos y muy queridos profesores Sir Macdonald Critchley y R. Henson el libro “Música y el Cerebro”, el que es considerado en el mundo neurocientífico como la “biblia” sobre el tema de la música y el cerebro. Esta obra confirma que antes de los 80 no se hacía una adecuada ciencia con la música y el cerebro. Esa noche “estuve” en mis recuerdos con mis profesores ingleses y fui feliz al escuchar el combinar sabiamente las neurociencias con la encantadora música.