¡La naturaleza, estúpidos!

¡La naturaleza, estúpidos!

Guillermo Caram 

Clinton venció a Busch en elecciones 92 con consigna “la economía, estúpido”; enrostrándole el incumplimiento de su invitación a leer sus labios (read my lips): “no más impuestos”.

Busch encabezaba encuestas por sus incursiones militares (Panamá y golfo Pérsico), subrogándose méritos por caída del muro de Berlín. A pesar de ello, perdió las elecciones.

Desde entonces la frase se extendió hasta aplicarse para advertir ofuscación a instancias responsables sobre otros aspectos, como las calamidades sufridas por el fenómeno meteorológico #22 y las opiniones vertidas para explicarlas y corregirlas.

Hacen parodiable con el título de esta colaboración por abstraer la naturaleza de los diagnósticos y soluciones.

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La contaminación del mar se origina por depósitos de suelos arrastrados por lluvias vía cañadas, arroyos y ríos. Y por basura no recogida ni dispuesta.

La erosión que enturbia ríos se origina en la desforestación y pastoreo en nuestras lomas, y en contaminación por lavado de agroquímicos que lluvias arrastran vía cañadas y arroyos.

La alteración geomorfológica urbana, pavimentando cañadas y levantándole edificaciones por donde corrían aguas, trasiegan cauces naturales que se desbordan presionando infraestructuras levantadas.

Muchas infraestructuras y edificaciones colapsaron por haberse aplicado soluciones irrespetando la naturaleza: violentando geomorfologías e hidrografías urbanas y regionales, embalses de presas, cauces de ríos, montañas pastoreadas, desperdicios no recolectados ni dispuestos que tapan desagües. Obviamente, no bastan soluciones pro-naturaleza.

Necesitase dejar de ser pueblo “de dura cerviz” (éxodo 32.9), dejando de actuar como si nada ha pasado con relación a fenómenos atmosféricos, epidemias, deterioro medioambiental, degradación política, presiones migratorias. Y guerras.

Al igual como sucedió en huracán David (1979), volvieron a ponerle piloto al fenómeno atmosférico #22, afirmando que pasaría S-N alrededor de la frontera amenazando Haití, Cuba y Jamaica. El fenómeno se rebeló modificando su trayectoria, O-E, rozando furiosamente nuestro sur costero; arremetiendo infaraestructuras y edificaciones carentes de mantenimiento debido al relegamiento de nuestro funcionariado para atender nuevas obras que satisfagan presiones políticas y sociales.

¡No cometamos la estupidez de seguir ignorando y prohijando soluciones contranatura para corregir calamidades presentes y futuras!