MINNEAPOLIS. La confrontación de J.J. Barea con Ray Allen hizo que lo expulsaran del partido de Minnesota ante Miami el pasado lunes por la noche.

Un día después, la NBA declaró que nunca debió haber sido expulsado.

Barea se mostró alentado por la corrección, pero eso llegó un poco tarde para el entrenador de los Timberwolves Rick Adelman. La NBA bajó una falta flagrante 2 de Barea a flagrante1 el martes, lo cual implica que Barea no enfrentará multas ni suspensiones por su falta ante Allen.

«La NBA hizo un buen trabajo al evaluarla», dijo Barea tras su práctica del martes. No fue tan mala. Estuvo bien».

Barea sacó a Allen de la cancha con un golpe de pecho, y Allen inmediatamente se dio por aludido y confrontó a Barea. En principio los oficiales declararon una falta flagrante 1, que le otorga al oponente dos tiros al aro y luego la posesión del balón. Pero al revisar la falta, el réferi Ed Malloy la cambió a flagrante 2, que conlleva una expulsión inmediata. Los Wolves estaban abajo por seis puntos en ese momento, pero Miami respondió con una arremetida de 17-5 para liquidar el pleito.

Adelman fue castigado con una rara falta técnica mientras discutía esa decisión arbitral, y algunas otras posteriores. Aún después de haber visto la repetición de la jugada, Adelman se mostró confundido por la decisión de Malloy de expulsar a Barea.

«Me estoy preguntando cuál es el criterio aquí. ¿Qué es lo que están mirando aquí?», dijo Adelman sobre el proceso de revisión. «No podemos acercarnos, por lo cual no sé qué están mirando. Obviamente tomaron una decisión, y es desafortunado».

Barea había encestado 1 de 11 en el partido y encontró algo de consuelo en la situación. «Con el modo en que estaba tirando al aro, casi estaba pidiendo que me saquen», dijo con una sonrisa socarrona. «Me hicieron un favor». Ha sido una temporada llena de mala suerte para los Wolves (20-37), quienes tienen menos victorias que cualquier equipo en la Conferencia.