(1/2)
La confluencia de las tres revoluciones: tecnológica, gerencial y globalización constituyen la base fundamental para el desarrollo de las naciones. Tema que hemos tratado en varios trabajos ya publicados en este prestigioso medio.

La actual pandemia del covid-19, en la que nos encontramos, ha evidenciado ya, la importancia de la tecnología en el quehacer diario de las personas e instituciones. Así mismo se incluye las gerenciales que han sabido adaptarse y transformarse para sacar beneficios de las circunstancias. Sin embargo, a la tercera revolución (la globalización) requiere de una transformación.

La CEPAL precisó: que el mundo de hoy está marcado por lo que se conoce como el proceso de globalización, es decir, la creciente gravitación de los procesos económicos, sociales y culturales de carácter mundial sobre aquellos de carácter nacional o regional.

Las estrategias nacionales deben diseñarse hoy en función de las posibilidades de lo que ofrece y exige la economía mundial, no solo la economía local.

Los hacedores de políticas no pueden anclarse en el impacto que producen sus decisiones en el ámbito nacional, sino ver cómo afecta lo local a lo internacional.

Este es uno de los principales cambios que deben empezar a internalizar las naciones del mundo para sacar mejor provecho de sus posibilidades tanto en lo social como en lo comercial y, especialmente, en lo financiero.

La falta de integración de la comunidad internacional hace que la misma se encuentre segmentada y esto refleja el carácter asimétrico que acompaña la agenda internacional en el avance del proceso de globalización.

Un aspecto importante del proceso de globalización se encuentra en la gradual generalización de ideas y valores en torno a los derechos civiles y políticos, así como a los económicos, sociales y culturales que van dando sustento al concepto de ciudadanía global. Nadie encarna mejor este aspecto del proceso de globalización que las Naciones Unidas.

Hay que tomar en cuenta que los principales movimientos, mejoras y avances en el campo de la globalización, tienen un carácter altamente político, por lo que son muy volátiles dependiendo de los gobernantes, como se ha evidenciado, de una forma clara, en los últimos tres o cuatro años.

La historia de la globalización es motorizada por los adelantos tecnológicos, el sector transporte y la cooperación de la sociedad en su conjunto. La creación de reglas internacionales e instituciones multilaterales perseguía la cooperación internacional en procura de prosperidad y paz.

De hecho, hoy en día muchos de los conflictos fronterizos han menguado gracias a la globalización y el entendimiento de la importancia de la misma.

La globalización anima a los países a enfocarse y especializarse en aspectos productivos más eficientes, obteniendo mejores resultados, utilizando la menor cantidad de recursos.
El Covid-19 ha hecho que las naciones replanteen muchos aspectos de la globalización, sobre todo, asuntos sanitarios y de confianza.

Cabe destacar que esta pandemia ha afectado más rápido las distintas naciones del mundo debido a la globalización, no solo por la movilidad intercontinental de las personas, sino por la conectividad y acceso a la información en tiempo real que se tiene hoy en día.

¿Qué puede salir mal? El covid-19 no es el único problema actual al que nos enfrentamos, sino la dimensión de los efectos que este arrastra, incluyendo la necesaria transformación de la globalización, que permita crear más confianza, así como adecuados mecanismos para lograr un equilibrio entre la conectividad tecnológica, física y económica.

La pandemia de la Covid-19 trajo consigo interrupciones en las cadenas de suministro, caída del comercio y un debilitamiento de la demanda global. Los mercados mundiales aflojan y los inversionistas huyen para encontrar refugios seguros. La logística y el movimiento de personas se han detenido. Todo ello ha avivado el debate a propósito del futuro de la globalización.

En la próximo artículo trataremos sobre los principales cambios que entendemos debe enfrentarse la globalización para retomar su empuje y penetración en los distintos regímenes del nuevo orden mundial.