La necesaria unidad

La necesaria unidad

¿Desde cuándo se sabe que la unión hace la fuerza? ¿Desde cuándo se sabe que los pueblos, avanzan cuando actúan unidos?
Es difícil entender si es la ceguera que ciega a una persona, a un grupo, o es que una actitud equivocada impera al momento de tomar una decisión.

Descartada la mala fe, es fuerza pensar que se piensa que la decisión de actuar solo es la correcta cuando la corriente normal y fluida de la sociedad indica que el único modo de lograr un objetivo político, para beneficio de la mayoría, es formando parte de la mayoría, uniéndose a los que tienen el mismo norte.
Es de sabios examinar la posición de cada grupo, cada corriente y no desviar la fuerza propia del empeño que contribuya a despejar el horizonte para que surja una nueva posición en la cual todos pongamos un grano de arena hasta formar un montón.

Porque de eso se trata: de unir las buenas voluntades, de unir a quienes tradicionalmente han halado la carreta en la misma dirección, de quienes tienen un mismo norte, un mismo objetivo.
Sólo unidos venceremos. La división sólo favorece los planes del enemigo que acecha cada uno de nuestros pasos para intervenir en favor de sus malsanos propósitos

Tenemos ejemplos históricos muy claros y muy conocidos, los pocos hombres que formaron la sociedad La Trinitaria fueron capaces de mover montañas, de enseñar que sólo la unión de voluntades con fines comunes es la mejor fuente de triunfo.

A veces uno se pregunta si es que el pensamiento de Juan Pablo Duarte no fue expresado con toda la diáfana claridad que empleó para difundirlo, cuando dijo que la política es la ciencia más noble.
Por supuesto, se refería a la política ejercida con el único y definitivo propósito de servir a los demás, de construir una nación, de sostener y mantener la soberanía nacional, de trabajar para el bien común, de actuar pensando en las necesidades y soluciones para la mayoría.

Para ello luchó, por ello fundó la República, por ello vino a pelear, por la soberanía y la independencia, cuando se presentó la necesidad de servir al pueblo durante la Guerra de la Restauración.

El Patricio siempre estuvo claro: había que buscar a todos, había que trabajar con todos, había que perseguir un solo objetivo con una sola dirección conformada por la unidad de las fuerzas con claridad suficiente, con criterios definidos, con disposición de entender que el ejercicio de la política conlleva, en ocasiones, ceder ante nuestras propias pretensiones cuando el objetivo demanda, enseña, la necesidad de actuar junto a los demás: ese es el imperativo de la hora: la unidad para sacar, este año, al PLD del poder.

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