La negativa economía informal crece con la
inmigración sin control

La negativa economía informal crece con la<br>inmigración sin control

A la presencia excesiva de mano de obra extranjera en construcción y agricultura, descrita por expertos como el inevitable resultado de la ausencia casi total de trabajadores dominicanos, se viene sumando la incursión de inmigrantes metidos a los múltiples quehaceres callejeros al margen de la formalidad de la economía.

Un preocupante ingreso masivo de viajeros desde el otro lado de la frontera que no responde a los imperativos de proveer fuerza de trabajo a medios de producción de República Dominicana que requieren obreros para seguir en pie supliendo a consumidores locales y del exterior.

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Llega en cantidad un recurso humano que no califica para los oficios convencionales que viene de vagar por calles polvorientas y peligrosas de un Estado fallido en las que no se obtienen ingresos pero que no tiene nada que buscar acá ni se les necesita en fábricas urbanas ni en explotaciones agrícolas intensivas y organizadas de la economía nacional. Se aglomera en un submundo.

El desastre político y de orden público por el azote de pandilleros acorrala a la nación haitiana sin sosiego para el trabajo ni el estudio. Un colapso que impulsa huidas hacia República Dominicana, receptora involuntaria de un éxodo que expande la marginación con individuos que no se integran a la economía formal; convertidos en carga social desbordada por la inacción de la comunidad internacional y por la incapacidad local de restringir la entrada de personas que no llenan requisitos migratorios.