La Neurocriminología y los feminicidios

La Neurocriminología y los feminicidios

El inicio de año ha sido trágico en este aspecto: cuatro mujeres asesinadas en un solo día nos da una idea de la gravedad del problema. En el almuerzo navideño que tradicionalmente nos ofrece el señor Pepín Corripio a los colaboradores con los directivos de los periódicos Hoy, El Día y el Nacional, tuve el honor de compartir la mesa con el Dr. Wilfredo Mora García, experto en criminología, egresado de varias universidades europeas y con una vasta experiencia en ese campo en el país. A la fecha, el Dr. Mora dirige como profesor titular de Criminología en la Universidad Iberoamericana. Le agradezco el obsequio que me hiciera de su más reciente obra, el enjundioso libro:»El arte antropológico forense». Platicamos acerca de la labor magisterial hecha por mi padre en la UASD, el Dr. José Silié Gatón, quien fue el fundador del Instituto de Criminología en la Facultad de Derecho y de su única revista. El inició la primera cátedra formal de ética en la Universidad Autónoma y llegó a escribir 10 tomos sobre ética, desde la profesional hasta la de ética en política. El dilecto Dr. Mora, quien trabajó junto a mi padre en diversos proyectos universitarios, me expresó su pesar del porqué nuestra UASD, y en particular la facultad de Derecho, no habían sido justos con la memoria de mi padre, quien hoy tuviera 99 años, por la gran obra de contribuciones realizadas y de los aportes hechos por mi progenitor durante sus 50 años dedicados a la Universidad estatal actuando en numerosas posiciones. Le explicaba yo con gran pesar que en muchas de las instituciones del país, para que se reconozca la hoja de vida de alguien, debe haber «lobistas» para cabildear y mendigar los reconocimientos, y esto orgullosamente no fue lo que nos enseñó el Padre de la Ética Nacional.
Asimismo, en noviembre pasado tuve el privilegio de compartir con el Dr. Wilfredo Mora en un panel de expertos en la UNPHU, para comentar la conferencia:»Neurociencia y el cerebro criminal: Nuevas hipótesis sobre homicidio seguido de suicidio», que dictó el Dr. Rafael Bello Díaz, una conferencia magistral auspiciada por la Vicerrectoría de Proyectos de la UNPHU y su Banco de Cerebros que motoriza una dama excepcional, la Dra. Daisy Acosta. Esta conferencia fue dictada por el director de la cátedra de neurociencia de la Universidad Católica con quien compartimos el Comité de Ética del Banco de Cerebros UNPHU. Su conferencia fue una pieza espléndida, resultado de una investigación de varios años. Estamos en los aprestos para que esta joya científica sea impartida por igual en nuestra Academia de Ciencias, con agrado les avisaremos a todos.
Esa misma noche me enteré de que el Dr. Mora, junto a un grupo de profesionales de distintas ramas del saber está fomentado la formación de la «Red Dominicana de Neurocriminología». Este proyecto científico tiene la misión de la creación de la Agencia Nacional para todas las gestiones cumplidas y programadas de los feminicidios, integración de una Red de diferentes profesionales, con nuevos manejos y tratamiento de la problemática. Dicha red se erige como un centro de investigación de la violencia conyugal. Entre sus objetivos están: promover y realizar investigaciones científicas sobre los factores de violencia conyugal. Desarrollar un plan estratégico general nacional, cuya finalidad es obtener las cifras de incidencia y prevalencia de los feminicidios. Llevar a cabo estudios para valorar los perfiles de las víctimas y sus agresores. Promover actividades de intercambio científico, con personalidades de gran relieve, nacional e internacional, sobre la violencia conyugal y sus manifestaciones. Realizar actividades para difundir conocimientos sobre el fenómeno en cuestión (jornadas, seminarios, cursos, congresos, foros, entre otros) y la creación de los bancos de cerebro de feminicidas-suicidas.
Este proyecto loable debe tener el apoyo de todos los estamentos sociales pues combatir la violencia en cualquier manifestación es responsabilidad de todos y ningún sector en particular escapa a su terrible vorágine. Los felicito y demás está decir que pueden contar con mi irrestricto apoyo en lo pueda yo aportar. Sería un homenaje póstumo a mi padre. Sobre el libro «El arte del Antropólogo forense», por su profundidad intelectual merece un «conversatorio» aparte.

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