Hoy 
POR ALEXIS MÉNDEZ
Fue una noche excitante. Una atmósfera especial se apoderó de, aproximadamente cinco mil jóvenes que asistieron al Cheetah, un club nocturno de la ciudad de Nueva York. Fue una noche singular, grandioso para la música latina.
La iniciativa le llegó al pianista Larry Harlow y al cineasta León Gast. Estos fueron a ver a Jerry Masucci, presidente del sello Fania, y le plantearon la idea de filmar una película que resaltaría la forma de vida de la población latina de Nueva York, y que además, incluiría la presentación de las figuras más populares de su catalago, en una orquesta:Las estrellas de Fania.
No fue la primera vez que Las estrellas de Fania se conjugaron en una banda. Ya lo habían hecho en el 1968. Para ese año, Masucci y su socio Johnny Pacheco habían albergado suficientes músicos como para celebrar un concierto con las luminaries del sello, y así imitar el concepto que habían utilizado otras casas discográficas, como forma de promover a sus artístas.
En aquella ocasion fue en el club Red Garden. Allí los músicos se destacaron en la ejecución de sus instrumentos, en unas horas de descarga, se grabaron dos LPs. Ni aquella reunión, ni los discos que se desprendieron de ella tuvieron exito. No captaron con el público. Perfumaron los arreglos, lo acercaron mucho al jazz, sin dares cuenta que los chicos del barrio solo querían bailar.
La segunda presentación, la cheetah, sí fue mágica. Allí, Las estrellas de Fania, ofrecieron un repertorio musical más ligero, pero que sintonizó con el público. Además, tomando en cuenta el fracaso anterior, este encuentro buscó resaltar la figura de los cantantes, sin impedir que los músicos acompañantes realizaran algunos Solos, manteniendo el concepto de descarga.
Esa noche cambió el curso de la música tropical, gracias a la actuación memorable de esa agrupación especial, que contó con los siguientes músicos e instrumentos:
Johnny Pacheco (República Dominicana) -Director musical y flauta, Bobby Valentin (Puerto Rico)-Bajo y arreglista, Larry Harlow(E.U.)-Piano y coproductor del proyecto, Ricardo Ray (Puerto Rico)-Pianista invitado, Ray Barretto(Newyorican)-congas, Oreste Vilató(Cuba)-Timbales, Roberto Roena(Puerto Rico)-Bongó y cencerro.
La sección de vientos estuvo compuesta por trombones y trompetas. Con las trompetas se le daba seguimiento a la tradición de los conjuntos de son. Mientras que las trombones se habían convertido en el sonido distintivo de la linea rebelde-musical de los artistas jóvenes del barrio newyorquino. En dicha sección estuvieron Roberto Rodríguez (Cuba)-Primera trompeta, Larry Spencer(E.U)-Segunda trompeta, Hector Zarzuela (Rep.Dominicana)-Tercera trompeta, Barry Rogers(E.U.)- Primer trombón, Reynaldo Jorge (Puerto Rico)-Segundo trombón, y Willie Colón (Newyorican)-Tercer trombón.
Dado que esta era la continuación de la música cubana, se pensó en el tres, considerado como instrumento típico responsable, en gran parte, del sabor del son. Sin embargo se buscaba añadir un ingrediente puertorriqueño, entonces buscaron al famoso guitarrista Yomo Toro (Puerto Rico) quien con el cuatro boricua, cubrió la plaza del tres cubano.
En cuanto a los cantantes, estos eran puertorriqueños, de los cuales cinco militaban en orquestas regulares de Fania Record, y dos eran solistas invitados. Ellos fueron: Pete el conde Rodríguez-Orquesta de Johnny Pacheco, Adalberto Santiago-Orquesta de Ray Barretto, Bobby Rodríguez-Orquesta Richie Ray, Ismael Miranda-Orquesta Larry Harlow, Hector Lavoe-Orquesta Willie Colón, Santos Colón-Solista invitado, y Cheo Feliciano-Solista invitado. Allí se firmó el largometraje Our latin thing (nuestra cosa); y se extrajeron dos albumes dobles: Fania all stars/Live at the Chetah, y Fania all stars/Our latin thing, la banda Sonora.
Las expresiones musicales, como los fetos, pasan por un período de gestación, hasta que toman forma definitiva. Entonces se define la fecha de su nacimiento, tomando en cuenta algún suceso importante. Es el caso de la salsa que combina elementos del jazz y el soul norteamericano con ritmos afrocaribeños, principalmente los cubanos.
Durante los años sesenta diferentes conceptos musicales fueron surgiendo en la parte latina de Nueva York. Estos se cohesionaron, al mismo tiempo que promovieron la cultura del sub-desarrollo urbano del Caribe, la del barrio. También exibian la rabia que mostraban los jóvenes latinos de esa ciudad, fruto de la discriminación. Aquel proceso se sintetizó aquella noche del 26 de agosto de 1971, en la cual, muchos ubican el nacimiento de la salsa. Era un Jueves como el próximo 26, día en que aquel evento cumple 33 años.
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