Kansas City (EEUU). El abridor novato dominicano Yordano Ventura vivió una noche que jamás olvidará después de lanzar un joya de pelota desde el montículo del Kauffman Stadium, de Kansas City, en el sexto partido de la Serie Mundial, mientras en su corazón estaba la memoria de su gran amigo y compatriota Oscar Taveras, fallecido en trágico accidente de tráfico.
La combinación del poder de su brazo y las enormes ganas de poderle ofrecer un triunfo a su gran amigo fallecido, lo mismo que a todo el país dominicano, resultó en una obra maestra de pitcheo que permitió a su equipo de los Reales de Kansas City ganar por blanqueada de 10-0 ante los Gigantes de San Francisco y forzar el séptimo y decisivo partido.
Ventura, de 23 años, que se quedó con la victoria, quinto lanzador dominicano en abrir y ganar un partido de la Serie Mundial, dijo que se sentía más orgulloso que nunca de representar a su país.
Pero su gran deseo en la noche especial que le tocó protagonizar fue el darle desde el primer momento que saltó al diamante todo el respeto y homenaje a su Taveras, otro novato estelar, con los Cardenales de San Luis, que a sus 22 años había perdido la vida, y que horas antes que diese comienzo el partido había sido enterrado en su localidad natal de Sosúa, República Dominicana.
Con las iniciales y número de Taveras rayadas en la parte frontal de su gorro, Ventura maniató de principio a fin a los bateadores de los Gigantes, que llegaban de haber anotado 15 carreras sin respuesta a los lanzadores compañeros que le precedieron en el montículo.
Pero la inspiración de Ventura hizo que también la recuperasen los bateadores de los Reales y lograsen un racimo de siete anotaciones en el segundo episodio con las que el partido quedó sentenciado. La victoria fue la primera que logró Ventura en su cuarta apertura de la fase final y la dedicación de la misma no pudo ser nada más que para Taveras, de quien dijo que de haber estado vivo lo hubiese llamado por teléfono para desearle toda la suerte del mundo. “Que Dios lo tenga en un lugar bueno. Era un tipo humilde y nos apoyábamos”, declaró emocionado Ventura.
“Es muy duro pensar que ya no está con nosotros». Ventura y Taveras se hicieron amigos al coincidir sus trayectorias en las menores, en la liga del Medio Oeste. Ventura lo hizo en la sucursal de Kane County en Clase A, mientras que Taveras jugaba para el equipo de Quad Cities. Como sus equipos estaban próximos, ambos se encontraban a menudo, manteniendo el contacto por teléfono al ir escalando categorías. Se pudieron ver en junio pasado en las mayores, cuando los Cardenales y Reales disputaron una serie interligas en ambas ciudades.
“Todo por ti mi hermano donde quiera que estés siempre te recordare mi bro no sabes el dolor que dejaste en mi (sic)”, escribió Ventura en su cuenta de Twitter antes del juego. Su foto de perfil en la red social incluye ahora un montaje con la imagen de Taveras y la frase, “siempre te recordaré eres mi hermano donde quiera que te encuentres».
Las emociones permanentes que le tocó vivir a Ventura no afectaron para nada la concentración en el juego y el piloto de los Reales, Ned Yost, confió más que nunca en el joven lanzador dominicano para que saliese al montículo e hiciese su trabajo. No se equivocó y apoyado por un bateo explosivo y oportuno Ventura completó siete entradas en las que realizó 100 lanzamientos, incluidos 64 que alcanzaron una velocidad superior a las 95 millas por hora (153 kilómetros por hora).
Ventura explicó que preparó el juego tomando en cuenta la agresividad de los bateadores de los Gigantes y la clave estuvo en los lanzamientos rompientes que tiró de “strike». “Todo el mundo sabe que tengo esa velocidad. Tengo que establecer los rompimientos y aprovechar esa recta. Me sentí tranquilo, pero nunca perdí el enfoque y creo que ahí estuvo también la clave del triunfo”, señaló Ventura, convertido en el quinto lanzador dominicano en la historia de la Serie Mundial que logró el triunfo.
El primero desde que Pedro Martínez lo alcanzó con los Medias Rojas de Boston al imponerse en el tercer partidos ante los Cardenales, en 2003 después que ya lo habían conseguido Joaquín Andújar, José Rijo y Ramón Ortiz.
Todos dentro del equipo reconocen que Ventura no sólo les dio un gran triunfo, el que necesitaban para seguir con vida en el “Clásico de Otoño”, sino que también les proporcionó descanso a los relevistas importantes del “bullpen” para que puedan estar descansados de cara al decisivo séptimo partido. Su compatriota Kelvin Herrera, Wade Davis y el cerrador Greg Holland, el trío estrella que tienen los Reales como relevistas tuvieron una jornada más de descanso que puede ser decisiva y más si como se espera el zurdo estelar Madison Bumgarner puede salir en cualquier momento a ayudar a los Gigantes.