La nostalgia

La nostalgia

La palabra nostalgia, tendrá diferentes acepciones, según sea quien la emplee, si es una dama, un psiquiatra, un anciano, un extranjero o una persona enamorada. ¿Qué quiero expresar con esto? Que son muchas sus significaciones. Todos al mencionarla la evocamos como algo de nuestro pasado para tratar de hacerlo presente y repetir ese grato momento.

Por ejemplo, si usted le pregunta a una dama ¿recuerda usted su mejor beso?, de seguro habrá un parpadeo y recordará la gratísima experiencia cuando sus labios sintieron esa tibieza que solo la da el verdadero amor. Si es un profesional de la salud mental, entrará en complejas definiciones de lo que es esa nostalgia repetida, tratará de ver si el paciente está cayendo en una depresión melancólica. Si es un anciano, de seguro que sus evocaciones extrañarán su adolescencia.

Si le hacemos la pregunta a mi hija Melissa en Inglaterra, de seguro que esa nostalgia se traducirá en recordar la playa de Guayacanes, los gratos momentos junto a familiares y amigos.

Si por el contrario, le preguntamos qué es la nostalgia a una persona enamorada, cerrará los ojos y la imagen de la persona amada se adentrará en sus neuronas como un rayo y de seguro habrá un hondo suspiro. La palabra deriva del griego, es la combinación de dos vocablos: -nostos- que significa regreso, y –algos- que es sinónimo de dolor.

El concepto de nostalgia es tan antiguo como nuestra cultura y mantiene el mismo término desde la antigua Grecia. Hoy vemos que el concepto cambia. Es parte de nuestro lenguaje, la usamos para expresar: alegrías, evocaciones, tristezas y anhelos de presencia, de manera indistinta. Se ha asociado a situaciones de cierto pesar, es el médico suizo Johannes Hofer, en el año 1688 quien utiliza por primera vez el término ¨nostalgia¨, pretendiendo significar que era una verdadera enfermedad con síntomas físicos y psicológicos, que experimentaban los soldados ausentes por mucho tiempo.

Pensó que era desencadenada por daños en el cerebro por la ausencia prolongada y los cambios de altitud, teorías actualmente desestimadas. La modernidad de la comunicación la hace cada vez más remota. Esa concepción dolorosa ha cambiado. El investigador inglés Constantine Sedikides, profesor de psicología social de la Universidad de Southampton, concluye luego de numerosas investigaciones que la nostalgia en vez de ser dolorosa y angustiante, por el contrario nos proporciona textura a la vida y nos permite obtener las fuerzas para seguir hacia adelante. Hoy sabemos que la nostalgia no es ni patológica ni negativa y nos hace ver constantemente que nuestra vida tiene raíces y continuidad.

Todos “nostalgizamos”, sean los gratos momentos de la infancia, una música, una persona amada, una exquisita cena, un momento íntimo, placenteros momentos con los amigos y familiares, en fin esa evocación del pasado nos hace recrear esos momentos de buen vivir y volvemos a disfrutarlos. Se convierte en un refugio para soportar los avatares de la soledad, un reforzamiento en contra de los momentos melancólicos, reconforta.

Hoy aceptamos que la nostalgia no es una enfermedad o un trastorno psicológico, sino un sentimiento común que experimentan las personas en ciertos momentos. Para muchos es la pena que se siente por algo que se ha tenido y que en la actualidad ya no se tiene. Todos la hemos vivido, ¡qué maravilla Goyo, que…!

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