La notable permisividad

La notable permisividad

La falta de consecuencias a modo de sanciones de diversos grados para lo mal hecho es un mal pronunciado de la realidad dominicana. Desde lo grave a la simple. El manido derecho “a ganarse la vida” e incluso a enriquecerse, lesiona grandemente al sector ciudadano indefenso que se acoge al respeto al derecho ajeno en nombre de la paz social. La ocupación de espacios públicos arrabalizados por el caos de comercios y talleres callejeros; el robo de luz a todos los niveles sociales; la violación a las leyes de tránsito con vías bajo exceso de vehículos ruinosos y motociclistas desenfrenados; más no pocos señores de autos caros que se creen dueños de las calles. Los fraudes por vía de algún banco o de operarios financieros que actúan desde la periferia del sistema legal.
Autoridades que usan su poder para subirse sueldos o generarse privilegios que aumentan el gasto de la maquinaria estatal ejerciendo una autonomía anti ética que prodiga inequidad; consejos de regidores y alcaldes que reparten bienes públicos a conveniencia. Policías y militares que deciden estar más al servicio de particulares que de las instituciones. Componendas de jueces sin probidad que no tienen que ser muchos para hacer gran daño a la sociedad. Unas ARS en agudo ejercicio de negación de atenciones. Podrían señalares más y más dejadeces del “Laissez faire et laissez passer” como cultura de deplorable aceptación popular y política.

Quitar subsidios para transferirlos

Ha ganado aceptación en algunos sectores la idea de suprimir el suministro exonerado de combustibles a intereses sindicales y de otra naturaleza, una gracia que generan distorsión y competencia desleal por llegar fraudulentamente al mercado como si pagara impuestos. Una generosidad que no beneficia al usuario del transporte ni respalda la producción nacional.
Eliminando esta subvención el Estado lograría de modo estable y sin dar pie a maniobras ilícitas, un importante caudal de tributos que contribuiría a reducir el déficit fiscal que motiva endeudamientos que ponen en riesgo su solvencia. Además, obteniendo a plenitud un ingreso fiscal legítimo, procedería reclamar que los precios finales de los combustibles sean menos elevados para atenuarles costos, igualitariamente, a todo el que use combustibles.

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